PUNTOS…Y PICAS

POR CARLOS MANUEL ESTRELLA

Peloteros y menores

El escándalo provocado por el sometimiento judicial del pelotero Wander Franco, acusado de tener relaciones íntimas con una menor de edad, es un caso recurrente con profundas implicaciones jurídicas, socioeconómicas y deportivas que tocan a la familia y el impacto del enriquecimiento repentino de un atleta.

Jurídicamente se reduce, en puro derecho, al ilícito de abuso sexual contra menores, en lo que respecta a Franco, y la explotación sexual por parte de la madre de la menor involucrada, en una práctica recurrente en la realidad local, aunque la acusación del Ministerio Público debe demostrarse en juicio de fondo.

Los medios de comunicación, con las redes sociales como circunstancia agravante en la actualidad, tienen una enorme responsabilidad en el inadecuado tratamiento del caso expuesto a la opinión pública, publicada y “enredada”, sin tomar en cuenta el más mínimo pudor y respeto a la legislación sobre menores.

El tratamiento mediático tiene fallas de origen porque comienza con el propio Ministerio Público en su escrito sobre solicitud de medida de coerción que, como siempre, fue filtrado a la prensa y divulgado en medios, en violación palmaria a la dignidad de la menor, y como abono de múltiples especulaciones.

En lo deportivo, el atleta como estrella del equipo Rayos de Tampa con incipiente carrera y contrato multianual de millones de dólares, al margen de la decisión judicial local, sufre como efecto inmediato su separación de las Grandes Ligas del Béisbol (MLB, en inglés), por aplicación de su regla propia.

El aspecto social y económico es el más latente e impactante porque se acentúa, como práctica familiar, la prostitución de menores por adultos (padres irresponsables) que buscan lucrarse, dar el salto económico, “vendiendo” hijas a poderosos en una sociedad de desigualdades y de pérdida de la educación hogareña. Y todo, aparentemente, sin régimen de consecuencia, que es lo peor.