Divina Providencia en Batalla 30 Marzo Divina Providencia en Batalla 30 Marzo
POR RAFAEL BALDAYAC La Republica Dominicana contó con la manifiesta protección de la Divina Providencia,  tomando parte a favor de nuestro país para vencer... Divina Providencia en Batalla 30 Marzo

POR RAFAEL BALDAYAC

La Republica Dominicana contó con la manifiesta protección de la Divina Providencia,  tomando parte a favor de nuestro país para vencer al multitudinario ejercito de Haití durante la Batalla del 30 de Marzo de 1844 librada en Santiago de los Caballeros.

Esta batalla de Santiago fue la segunda cruzada más importante entre dominicanos y haitianos posterior a  la proclamación de la independencia nacional.

Tras sufrir los haitianos cientos de bajas y abandonar la contienda, el general José María Imbert  informó que el Ejército de Haití dejó en el campo de batalla al menos unos  600 muertos y según el efecto que le produjo la metralla, el número de sus heridos hubo  de ser mucho mayor.

“Por una protección manifiesta de la Divina Providencia, el enemigo ha sufrido semejante pérdida sin que nosotros hayamos tenido que sentir la muerte de un solo hombre ni tampoco haber tenido un solo herido. ¡Cosa milagrosa que solo se debe al Señor de los Ejércitos y a la justa causa!”, contó el comandante.

Unos 10 mil hombres conformaban el Ejército de Haití, comandado por el general Jean-Louis Pierrot, que tenía el propósito de ocupar la región Norte de l país, pero sus tropas fueron obligadas a retornar a su país tras sufrir centenares de bajas.

José María Imbert fue el estratega que organizó la defensa y el contrataque, además de que blindó Santiago con fosos y pertrechos. Mientras que  Achilles Michel entrenó hombres y construyó los fuertes “Dios”, “Patria” y “Libertad”.

Fernando Valerio estuvo encargado de la fusilería y artillería, enfrentando las tropas haitianas al frente de un contingente. Este suceso es conocido como la “Carga de los Andulleros” y es considerado como crucial en esta batalla.

Durante cuatro horas las tropas criollas resistieron cinco ataques por dos flancos, de los invasores, que según la reseña de la época confirman que perdieron alrededor de 600 hombres y una mayor cantidad de heridos. No obstante, los nativos no contaron pérdidas.

“El 30 de marzo, a la una de la tarde, las tropas haitianas se lanzaron al asalto. Duró la lucha más de cuatro horas sin que cayera la ciudad”, relató el historiador haitiano Jean Mars-Price.

A juicio del historiador y militar José Miguel Soto Jiménez,  esta  fue una de las batallas más importante realizadas en el país, pues contribuyó a conjurar la amenaza haitiana.

Por el lado Norte, cuyo objetivo era Santiago,  y por el Sur era Azua, en dos columnas de 20 mil hombres, que debían converger con las tropas del Norte para atacar la capital.

“En la educación formal se  ha enseñado que la  Independencia es el trabucazo de Mella, desconociendo la gente que esto fue un proceso que duró más de 13 años  de guerra”, explicó Soto Jiménez.

Con la “Providencia Divina”  la victoria dominicana, escenificada en Santiago, afianzó la determinación de mantener la independencia nacional, proclamada la noche del 27 de febrero del mismo año.

Ahora bien, usted  se preguntará, ¿Qué es la Divina Providencia?

Esta se define como la manera, el medio, la forma a través de la cual, nuestro Dios, puede gobernar todo el universo, es decir, desde el mundo físico, el nacimiento de cada ser humano y de su destino, sus éxitos y sus fracasos, asuntos de las naciones, así como también de la protección de su pueblo.

El objetivo de la divina providencia es hacer la voluntad de Dios en todo momento, es asegurarse de que todos los propósitos se cumplan.

Así que, Dios es quien gobierna todos los asuntos del hombre y así mismo, obra conforme al orden natural de todas las cosas.

El profesor Gregg R. Allison tiene una perspectiva correcta cuando afirma que la Providencia Divina es “La obra continua de Dios de sustentar este universo creado, en existencia y dirigirlo hacia su fin”.

Su afirmación es acertada puesto que Dios mantiene su creación y a sus criaturas y Él colabora, coopera y dirige todas las cosas con un fin previamente establecido (Mateo 5:45; 10:29-30).

Tal afirmación concuerda con la Palabra de Dios donde leemos “Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito (Romanos 8:28 LBLA).

Ricardo Rosa

Periodista, labor que realizo desde 1970. He laborado en diferentes medios noticiosos (radio, televisión, periódicos impresos y digitales) tanto de Santiago como de Santo Domingo.

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