Meteorológico estado del tiempo

POR RAFAEL BALDAYAC

Los conceptos meteorología, clima,  temperatura, calentamiento global y efecto invernadero se han popularizado tanto en los medios de comunicación debido al alto nivel de contaminación de la Tierra en los últimos tiempos y la conciencia nos está forzando,  por fin, a conocer el tema con más profundidad.

Cuando hablamos de a atmósfera hacemos  referencia a esa capa gaseosa homogénea que rodea  a la Tierra,  mantenida en su lugar por acción de la gravedad. En nuestro caso, debido a los gases que la componen es posible que exista vida mineral, vegetal y animal.

Es esencial para toda la vida en el planeta al proporcionar el aire para la respiración; absorber de  la capa de ozono la nociva radiación solar ultravioleta; controlar el clima y  reduciendo las diferencias de temperatura entre el día y la noche.

Además regular el ciclo del agua y actúa como escudo protector contra los meteoritos que caen sobre la Tierra. Su tamaño es inmenso, alcanzando  unos 10,000 km de distancia de la superficie del planeta.

Los gases que  alberga la atmósfera terrestre en sus distintas capas, son  necesarios para mantener  la temperatura planetaria estable y permitir el desarrollo de la vida.

Estos gases son nitrógeno (78%), oxígeno (21%), argón (1%) y cantidades variables de dióxido de carbono y neón, materia que tienen poca densidad y que, por lo tanto, puede extenderse de manera indefinida.

La meteorología  es la ciencia interdisciplinaria que estudia la física de la atmósfera. Su objetivo es entender y predecir las condiciones del tiempo, de los fenómenos atmosféricos.

Para ello, los meteorólogos centran su atención en distintos factores atmosféricos, como son temperatura, humedad, presión, radiación solar, velocidad,  dirección de los vientos  y tipos de nubes,  empleando modernos  instrumentos y técnicas de medición.

Cada 23 de marzo se celebra el Día Meteorológico Mundial para conmemorar la puesta en marcha del Convenio para la creación de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

Una fecha relevante  a fin de crear conciencia de la importancia que tiene la meteorología y la hidrología para el equilibrio medio ambiental y todas las actividades que realiza el hombre en el planeta, así como para la continuidad de la vida tal y como se conoce hasta ahora.

Precisamente, la historia de la meteorología en República Dominicana se inició en 1954 con la Misión de la Organización Meteorológica Mundial  (OMM) formando los primeros meteorólogos, por los profesores Edward Miller y Fernando Huertas, abriéndose en el 1955 la primera Oficina de pronósticos para el público y la aviación, en el Aeropuerto General Andrews.

Ahora bien, los orígenes de la meteorología se remontan a los comienzos mismos del ser humano, quien rápidamente entendió que los cambios en la naturaleza a su alrededor se repetían de manera cíclica, lo cual permitía cierto margen de predicción.

En aquellas épocas el hombre asociaba las condiciones climáticas y meteorológicas a la voluntad de los dioses o al movimiento de las estrellas, ya que su concepción del mundo era mágica-religiosa.

Sin embargo, desde la antigüedad griega existieron estudios más rigurosos de la materia, como el tratado Meteorológica de Aristóteles, escrito alrededor del 340 a.C.

Hay numerosas referencias a la meteorología en la Biblia. “El Señor, con voz de trueno hace rugir el agua en el cielo, hace subir las nubes desde el extremo de la tierra, hace brillar los relámpagos en medio de la lluvia y saca el viento de donde lo tiene guardado” (Jeremías 10:13).

De hecho, con cierta osadía, podría decirse incluso que los primeros “meteorólogos”  fueron José y Noé.

José, en Egipto, hizo una de las predicciones a más largo plazo que se recuerdan. José interpreta correctamente el sueño del faraón: Egipto tendría 7 años de abundancia y 7 años de sequía.

Noé fue otro de los incuestionables meteorólogos bíblicos. Predijo nada menos que el diluvio universal y, en virtud de su creencia, construyó una gran barca –el arca de Noé– para salvar a un animal de cada especie.

“Cuando Dios le fijó la fuerza al viento y puso un límite al agua, estableció  las leyes de la lluvia, señalando el camino de la tormenta”,  Job 28:25-26.