PUNTOS…Y PICAS

POR CARLOS MANUEL ESTRELLA

Ministro y politización

El triste episodio de sincretismo mágico religioso, de ignorancia popular y de irresponsabilidad gubernamental compartida que constituyó el final de la caminata del autodenominado peregrino, el domingo 26 de abril en Puerto Plata, coronó la politización oficial de la campaña para combatir la covid-19.

Con el paso de los días crece la creencia y se obtienen más evidencias de que el supuesto “iluminado” que, con su penetración al Atlántico norteño y plantación de una cruz eliminaría la pandemia al día siguiente, fue instrumento de un plan oficial para sacar capital político al candidato del gobierno.

El escándalo en redes informáticas que tuvo carácter viral inmediato con imágenes incontrovertibles de la muchedumbre que en procesión religiosa o como prosélitos colmó el malecón puertoplateño y su playa marcó la pauta para buscar responsables de tamaña violación a cuarentena y no aglomeración.

Los primeros dardos apuntalaron a la cabeza del recién estrenado alcalde de oposición (y la presencia de vehículo con su imagen y altavoces era indesmentible) pero la aparición milagrosa del Chapulín Morado en la noche para desinfectar el malecón no hacía dudar el guion perfecto del montaje.

Lo peor es que al día siguiente, en rueda de prensa, el ministro de Salud Pública se destapó con declaraciones no técnicas, perdió compostura y ni guardó apariencias ocultadas hasta entonces, para desacreditarse como vocero oficial en las acciones sanitarias contra el coronavirus. Actuó como político.

Pese a los esfuerzos del funcionario por no politizar el tema, él mismo lo dañó todo con este caso, su acusación al alcalde, posterior ignorancia de su investidura en las acciones urgentes en su municipio y marcado sesgo político en lo que huela a oposición hasta del Colegio Médico, otro gran ignorado.