¡Suenan las campanas otra vez! ¡Suenan las campanas otra vez!
POR PEDRO DOMINGUEZ BRITO “El padre condena la violencia/Sabe por experiencia que no es la solución/Les habla de amor y de justicia/De Dios va... ¡Suenan las campanas otra vez!

POR PEDRO DOMINGUEZ BRITO

“El padre condena la violencia/Sabe por experiencia que no es la solución/Les habla de amor y de justicia/De Dios va la noticia vibrando en su sermón/Pero suenan las campanas: un, dos, tres”. (El padre Antonio y su monaguillo Andrés, de Rubén Blades).

Eran las décadas de 1970 y de 1980. Varios países de América Latina estaban en pie de lucha. Sus pueblos se habían rebelado para ponerle fin a las dictaduras. Muchos líderes y fieles de la Iglesia Católica formaron parte esencial de estos procesos de liberación, donde no pocos perdieron la vida.

Destaco a El Salvador y ese fatídico 16 de noviembre de 1989 en la residencia de la Universidad Centromericana (UCA), donde un pelotón de la Fuerza Armada asesinó al sacerdote Ignacio Ellacuría junto a seis compañeros jesuitas y dos personas más.

Pero, sin dudas, la muerte más impactante fue la de monseñor Oscar Arnulfo Romero. Era  el 24 marzo de 1980. El también arzobispo de San Salvador oficiaba una misa en la capilla del hospital Divina Providencia ubicado en la capital.

Y de repente, un francotirador le dispara y con esa bala la paz y la democracia perdieron a uno de sus más nobles promotores. Ahí nació san Romero de América y continuó latiendo con más energía el corazón de la “voz de los sin voz”, en especial cuando se violan los derechos humanos. Suena la campana por primera vez.

No podemos olvidar ese 23 de mayo de 2015, cuando monseñor Romero fue beatificado en una multitudinaria misa celebrada en los alrededores del monumento al Divino Salvador del Mundo de su país natal. Allí el cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación de la Causa de los Santos y enviado especial del papa Francisco, declaraba oficialmente Beato a Monseñor Romero, momento de gran emoción para la iglesia de nuestra América. Suena la campana por segunda vez.

Pero la gente quería santo a monseñor Romero. Los pobres en especial. Y así, el pasado domingo 14 de octubre, ante más de 70.000 personas congregadas en la plaza de San Pedro del Vaticano, el papa Francisco proclamó santo al arzobispo de San Salvador, Oscar Arnulfo Romero.

En ese acto Su Santidad expresó: “Es una oportunidad excepcional para lanzar un mensaje de paz y de reconciliación a todos los   los pueblos de Latinoamérica”. Suena la campana por tercera vez y ahora su canto se escuchará en los altares.

 

Ricardo Rosa

Periodista, labor que realizo desde 1970. He laborado en diferentes medios noticiosos (radio, televisión, periódicos impresos y digitales) tanto de Santiago como de Santo Domingo.

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