NUEVA YORK.– Las bancas de la Iglesias San José, en la localidad Fort Edward, en Upstate Nueva York, están vacías. Los feligreses de más de una docena...

NUEVA YORK.– Las bancas de la Iglesias San José, en la localidad Fort Edward, en Upstate Nueva York, están vacías.

Los feligreses de más de una docena de familias hispanas que acudían sagradamente a la eucaristía, incluso cuando había tormentas o fuertes nevadas, ya no volvieron al templo.

‘La Migra’ los sacó corriendo luego de varios operativos que realizó entre mayo y junio pasado, que terminaron con la detención de 28 inmigrantes, todos trabajadores agrícolas y cocineros del famoso restaurante “El Mexicano”, de la ruta 4 en Hudson Falls.

El sitio tuvo que clausurar por falta de personal y los inmigrantes que viven en los condados de la zona tuvieron que cambiar su rutina de vida, muchos de ellos escondiéndose en el día, permaneciendo encerrados en sus casas por el temor de ser agarrados por algún agente de ICE.

Así lo denunció el párroco de la iglesia San José, Tom Babiuch, quien comentó que en solo unas semanas el pueblo cambió mucho tras el impacto de la presencia de ‘La Migra’, que ha alejado a fuerza a los latinos que viven allí, de su derecho de convivir como Iglesia.

“Ha habido algunas redadas contra mexicanos y guatemaltecos que trabajaban aquí en las granjas, con avisos de deportación, y ha sido tan impactante esto para la comunidad, que a casi nadie volví a ver en la iglesia”, comentó el sacerdote. “Solo sigue viniendo una familia guatemalteca. El resto se esconden y no vienen más, porque están asustados de que los agarre ICE. Antes teníamos aquí como a 50 personas y muchos niños, papás y abuelos, pero se esfumaron”.

El religioso además hizo un llamado al Gobierno federal y a los políticos de Washington para que promuevan una reforma comprensiva de Inmigración y le pidió al presidente Trump que se eduque sobre inmigración y que conozca de cerca a las familias hispanas para entender que no son delincuentes.

“Él no debería influenciar en como los inmigrantes deben vivir sus vidas ni afectar sus prácticas religiosa evitando que vayan a la iglesia, porque eso va contra la Constitución. Deben entender que la migración es parte de la vida, les guste o no”, dijo el sacerdote. “La manera como ICE los trata es inhumana. Es algo que yo y otros no aprobamos, porque ellos son buenas personas, ellos le enseñan a sus hijos el valor del respeto, son los trabajadores más duros que pueda haber, contribuyen a nuestra economía y son parte de nuestra iglesia”.

Uno de los inmigrantes de la región afectada con la presencia de ICE, quien no relevó su identidad por temor a represalias de ‘La Migra’, aseguró que tras las redadas en Upstate NY, se siente como en los días en los que los cristianos debían esconderse.tom-with-kids

“Es muy doloroso para nosotros que nos quiera alejar así de Dios como en la época antigua. No solamente me duele ver a mi familia y a mis hijos llenos de miedo de tan siquiera salir a comprar cosas para comer, sino saber que no podemos ir ni siquiera a la iglesia”, comentó el mexicano.

“Aunque hay mucha gente ayudándonos y están de nuestro lado, no deja uno de sentirse huérfano, pero temo que esto no va a parar pronto y que cada vez se va a poner peor por aquí, por lo que estamos mirando cómo irnos pa’ otro lado”.

Julie Leonelli, directora de Educación religiosa de la Iglesia San José, quien a diario trabajaba con las familias inmigrantes que no volvieron, comentó que el incidente que más miedo causó en la comunidad fue la redada que ICE adelantó en el restaurante de Hudson Falls “El Mexicano”, que cerró sus puertas hace algunas semanas. Aquel sitio concurrido y famoso en la zona por sus buenos tacos, hoy parece una casa fantasma; solo cuelga un aviso de “se vende”.

“Ellos llegaron ahí a pedir los papeles y la información de los empleados y entonces supieron dónde vivían y los agarraron. En Saratoga los empleados de la cocina estaban en un break y también los agarraron afuera”, comentó la defensora de los inmigrantes. “Pensamos que algunos desaparecieron porque estaban muy asustados, pero lo cierto es que ahora hay niños sin sus papás, traumatizados. Hay una mamá soltera que tiene un hijo de 12 y otro de 17 y tenía orden previa de deportación y tal vez ella será la primera en irse y la pregunta de muchos es ¿debo llevarme a los niños conmigo?”.

Leonelli agregó que desde entonces las familias de los trabajadores tratan de mantenerse encerradas en sus casas y sus compras las hacen en la noche, pensando que ICE no está por ahí. Hasta los restaurantes cambiaron sus horarios y ya no abrían para el almuerzo a las 11 sino a las 4:30 de la tarde.

“Ya todos saben cómo se ven los de ICE, dónde se paraban y como andaban… es muy triste ver como para familias que llevan 20 años aquí las cosas cambiaron muy rápido. Todo se volvió muy asqueroso para unas 1,000 personas que en nuestros condados son indocumentadas”, agregó.

Ricardo Rosa

Periodista, labor que realizo desde 1970. He laborado en diferentes medios noticiosos (radio, televisión, periódicos impresos y digitales) tanto de Santiago como de Santo Domingo.

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