PUNTOS…Y PICAS

Mensajes verdes

El movimiento social denominado marcha verde es un fenómeno digno de estudio y análisis sociopolítico, por imagen y posicionamiento logrado a seis meses de su irrupción pública como aglutinante de muchedumbres de clase media y media alta indignadas con el status quo.

A partir del 22 de enero de este año, fecha de la primera marcha, ocurrieron otras similares de naturaleza local y regional hasta derivar en la enorme caminata que el 16 de julio tiñó de verde grandes avenidas de la capital en demostración cívica sin precedentes.

La marcha verde no tiene cabeza, líder, ni partido rector y/o sustentante y se autofinancia, con novedosos mecanismos locales de recaudación, así como contribuciones voluntarias desde dentro y fuera del país, de manera que disminuir su impacto ha resultado difícil para estrategas oficiales.

La enorme marea humana, histórica e influyente, que convergió en la capital el domingo día de Nuestra Señora del Carmen, en coincidencia con la fundación de la sociedad La Trinitaria germen de la nacionalidad, tuvo matices particulares que retratan su trascendencia, impacto y permanencia.

Fue una expresión voluntaria, ordenada, pacífica, cívica, alegre, creativa, para reiterarle a las autoridades el reclamo colectivo de acciones efectivas para combatir la corrupción, que tiene como ejemplo culminante el caso Odebrecht, y así poner fin a la impunidad que la estimula y protege.

La presencia de entusiastas jóvenes, segmento de clase empoderado y creativo de formas alternas y tecnológicas de canalizar la protesta ciudadana, es un punto luminoso de este movimiento, que demuestra existe un importante núcleo juvenil identificado con causas para la mejoría sociopolítica.

La integración a marcha verdad de esa juventud militante, llamada a tomar vanguardia de luchas sociales, es quizás el punto más positivo de este movimiento que augura futuro promisorio si sigue vehementemente reclamando acciones oficiales condignas ante males presentes.