PUNTOS…Y PICAS

POR CARLOS MANUEL ESTRELLA

No tendrá paz

El balance objetivo de los ocho años de gobierno del presidente Danilo Medina tiene, como todo, aspectos luminosos y asuntos oscuros difíciles de resumir en poco espacio y deja al aire la pregunta si su figura política podrá transitar en paz el resto de su vida después del tortuosa final de gestión.

En un esfuerzo de apretada síntesis son indudables aspectos luminosos en el mandato de Medina la estabilidad macroeconómica, crecimiento del PIB, inversión en educación, automatización procesos administrativos, confianza de inversores externos y entendimiento con sector empresarial, entre otros.

Realizaciones materiales en obras de infraestructura están matizadas con el pecado original de la corrupción con ejemplo máximo en el proyecto de la termoeléctrica de Punta Catalina, atada a admitidos sobornos del escándalo Odebrecht, hoy en el limbo jurídico inducido por el propio régimen.

La bonanza económica promovida por el gobierno de Medina ha sido a costa del mayor endeudamiento de la historia que ya alcanza más de la mitad del PIB y será una rémora para futuros gobiernos y el “populismo” para comprar lealtad política también estuvo tamizado por “indelicadezas”.

El balance de la gestión de Medina indica que daño institucional es más pernicioso que estabilidad macroeconómica y que no puede irse en paz del poder que coronó al final con acciones similares al trujillismo, demasiado enriquecimiento injustificado e ignorancia impertérrita de la Constitución.

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