Baracoero

PUNTOS…Y PICAS

POR CARLOS MANUEL ESTRELLA

Después del temblor

Un sismo es un movimiento telúrico no programado cuya ocurrencia no puede ser anticipada y, por lo tanto, las acciones preventivas son inválidas pese a que es posible adoptar medidas que reduzcan probables efectos letales y daños mayores a propiedades públicas y privadas.

El temblor de 5.3 grados en escala Richter, ocurrido a las 10:33 am del lunes con epicentro en mar Caribe cerca de la isla Saona, provocó daños en la estructura de al menos 16 edificios escolares de la región oriental en provincias de La Altagracia y El Seibo.

Las informaciones oficiales divulgadas hasta este martes son escuetas y dejan múltiples interrogantes que conviene formular en busca de respuestas, sobre todo para obtener las lecciones que deja este fenómeno y prepararse a futuro para impedir consecuencias fatales, humanas o material.

Pese a la existencia de la Oficina Nacional de Evaluación Sísmica y Vulnerabilidad en las Infraestructuras y Edificaciones, más conocida como Onesvie, por limitaciones presupuestaria expresadas por su director no puede rendir mejor labor en esta área con edificios en riesgo potencial.

En el caso de las escuelas de la región oriental que resultaron con grietas en sus paredes se precisa identificarlas con más detalles respecto a tiempo de construcción y cumplimiento de códigos técnicos actuales, así como la vigencia de la garantía de cinco años que debe aportar todo contratista.

Por la ausencia reiterada del régimen de consecuencias en asuntos públicos de esto se hablará poco, se eludirán responsabilidades civiles, si las hubiere, y al final el ministerio de Educación, con presupuesto por encina de cualquier otra cartera, tendrá que pagar los platos rotos. Ojalá este equivocado.
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