¡Ser periodista: un oficio muy serio!
Opinión August 29, 2023 Ricardo Rosa
POR PEDRO DOMINGUEZ BRITO
Soy un entusiasta promotor de las reflexiones del papa Francisco, las cuales han enriquecido el pensamiento social de la Iglesia y son parámetros a seguir en un mundo cada día más complicado.
Recientemente Su Santidad se refirió las responsabilidades de los periodistas o de todos los que de una u otra manera ejercen la comunicación. Se preocupó de que la desinformación y las noticias falsas influyan en la opinión pública.
Se refirió a los cuatro pecados del periodismo: la desinformación, cuando un periodista no informa o informa mal; la calumnia (que a veces se usa); la difamación, que es diferente de la calumnia pero destruye; y el cuarto es (…) el amor al escándalo”. Indicó que las manipulaciones más preocupantes son las que buscan “orientar” a la opinión pública.
Aunque no son mayoría, en los medios de comunicación tenemos verdaderos genios de la manipulación. Por ello siempre debemos leer, ver o escuchar con cuidado lo que se nos presenta; no andemos de incrédulos dando como bueno y válido todo lo que aparece.
En ocasiones voy a programas de televisión y de radio, pero soy más activo escribiendo en redes y periódicos impresos y digitales. A veces me preguntan qué me perturbaba cuando escribo. Sin pensarlo dos veces respondo: me atormenta expresar embustes en las ideas centrales, sin negar que en la forma me tomo pequeñas dispensas.
Escribir representa una responsabilidad muy grande, tenga el autor experiencia o no en ese arte. Cada palabra es una extensión de nosotros y una muestra del desarrollo de nuestra personalidad. Debemos escribir de buena fe y reconocer que nuestras ideas maduran, que se modifican con el tiempo, aunque en esencia seamos las mismas personas.
El que escribe no puede ser miedoso, a sabiendas de que lo que consideramos un deber publicar es algo subjetivo, donde destacamos elementos quizás apenas percibidos por nosotros. Para escribir hay que ser valiente y decente, lo que no siempre es sencillo combinar.
El escritor comprometido defiende con coraje “su verdad” y es humilde para admitir sus errores y limitaciones. “Nuestra verdad” hay que darla a conocer. Baltasar Gracián, uno de mis autores favoritos, escribió que es tan difícil decir la verdad como ocultarla.
Evitemos a los escritores que borraron de su vocabulario palabras como justicia, igualdad, fraternidad, libertad, honestidad, valor y trabajo. Incluso, los hay tan huidizos que prefieren no enterarse de lo cierto, porque los atormenta, los debilita emocionalmente.
Como periodistas y comunicadores, para lograr nuestros propósitos basta aferrarse a la moral universal y a los dictados de nuestra conciencia y si lo logramos nos equivocaremos menos; naturalmente, además, en ese sentido, de seguir los consejos del papa Francisco.