PUNTOS…Y PICAS

POR CARLOS MANUEL ESTRELLA

Colectivización transporte

Hace más de medio siglo, desde las “banderitas” del presidente Antonio Guzmán pasando por “pollitos”, “garzas” y otros apelativos del imaginario popular para denominar autobuses, hasta nuestros días de metros y teleféricos, hay un anhelo frustrado de colectivización del transporte de pasajeros.

Muchos han sido los intentos oficiales para tener control real de este servicio prioritario y estratégico que es obligación del estado ofrecer pero que ha sido incapaz de sostener y por eso un sector de clase denominado “obreros del volante”, reales empresarios, impone sus reglas, chantajes y extorsiones.

En ese trajinar de más de media centuria el gran perdedor ha sido el pueblo humilde de limitados recursos para dotarse del servicio de transporte público eficiente y también ha habido una sangría multimillonaria del erario que ha sido dilapidado como muestran cementerios de chatarras de autobuses.

Desde el inicio de la Era del PLD (1996) el entonces mandatario tuvo la visión de transformar el servicio con un salto extraordinario mediante el tren subterráneo, como solución global, y hoy sus líneas son extendidas en la urbe capitalina, mientras nuevo gobierno inició teleférico y monorriel en Santiago.

La administración del presidente Luis Abinader abre una esperanza de avance con el estreno de un segundo corredor de autobuses (en la Winston Churchill) del Distrito Nacional, que se suma al Núñez de Cáceres e incorpora 47 unidades de 90 pasajeros que recorren 12 kilómetros con 67 paradas.

La eliminación de carros del “concho” y la operación de más buses, así como líneas de trenes con rutas interurbanas y construcción de edificios de parqueos en grandes centros urbanos son el imperativo de este tiempo para en conjunto dar el salto a la modernidad y colectivizar el transporte de pasajeros.