NUEVA YORK.- Ya ha transcurrido casi medio año desde que la pandemia del coronavirus empezó a desmoronar la vida del mexicano Maximino Martínez, quien al igual de 1,2 millones de inmigrantes de Nueva York, no vislumbran a corto plazo ningún plan de alivio económico que permita amortiguar la angustia de meses sin trabajo y deudas acumuladas.
La vivencia del señor Maximino, quien lleva décadas en la Gran Manzana desde que emigró de Puebla, se multiplica en millones de inmigrantes, que además han sido trabajadores esenciales durante esta crisis de salud pública que para los hispanos de su vecindario se sigue traduciendo en una tragedia.
Un pregunta es un eco incesante en las comunidades más vulnerables: ¿existe al final de este túnel alguna luz que les lleve a pensar en algún “salvavidas” de los planteados por algunas organizaciones y líderes electos? La verdad es que a corto plazo, no hay nada concreto.