Fausto Guzmán y Nidia Noemy Campos, de 70 y 75 años, respectivamente, eran nativos de la comunidad Palmarejo, del municipio de Villa González y fueron a la zona de la tragedia, distante a pocos kilómetros, a comprar cal para usarla en un vivero propiedad de la hoy occisa.
El vehículo era conducido por Campos y, al llegar a la empresa donde obtendrían el producto, el hallazgo cerrado y, dando marcha atrás, la camioneta fue a parar a las aguas del canal.
Starlin Guzmán, sobrino de Fausto, relató que él era el capataz del vivero que tenía Campos en Palmarejo, Villa González.
Los cadáveres fueron llevados a la morgue del hospital Lilian Fernández, para multas de practicar sendas autopsias.