Reflexiones sobre las cárceles y el sicariato Reflexiones sobre las cárceles y el sicariato
POR PEDRO DOMINGUEZ BRITO El 3 de junio de 2010, en la ciudad de Santiago, unos sicarios intentaron asesinar a un ser humano útil,... Reflexiones sobre las cárceles y el sicariato

POR PEDRO DOMINGUEZ BRITO

El 3 de junio de 2010, en la ciudad de Santiago, unos sicarios intentaron asesinar a un ser humano útil, bueno y excelente profesional: Jordi Veras. La sociedad quedó impactada. El 9 de junio pasado, en la ciudad de Santo Domingo, unos sicarios casi le quitan la vida a David Ortiz, gloria del deporte, a quien confundieron con otra persona. Fue notable aquí y en el exterior la repercusión de este caso.

Lo interesante es que fueron planificados desde la prisión. El primero en la cárcel de Rafey y el segundo en el 15 de Azua. Ya  eso debe motivarnos a revisar nuestro sistema penitenciario, porque algo falla.

Por ejemplo, una medida podría ser como la tomada por el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, quien ordenó a las empresas de telefonía del país bloquear “por completo” la señal móvil y de Internet de alrededor de los centros penitenciarios.

Con relación al sicariato, varios de sus crímenes pasan desapercibidos. Generalmente solo nos enteramos de aquellos donde son varios los asesinados o cuando el hecho se presenta en un lugar público o está involucrado alguien conocido.

Tenemos la tentación de imaginarnos al sicario como frío, calculador, preparado para cumplir su vil tarea. La realidad es que nuestros sicarios no planifican bien lo que harán, hasta celebran con sus amigos sus macabras intenciones. Son, en esencia, jóvenes que “matan y roban por cheles”, casi siempre motivados por las drogas narcóticas.

Naturalmente, hay excepciones, incluyendo extranjeros. No es un secreto que varios se han entrenado como sicarios en otras naciones, donde hay escuelas para tales fines. Otro problema es que en nuestra frontera con Haití no hay suficientes controles, por lo que se hace fácil la entrada y salida ilegal a nuestro territorio de sicarios y traficantes de drogas y armas.

A esto se agrega que a los narcotraficantes dominicanos que servían de puente para llevar drogas a Europa  y a los Estados Unidos de América, les pagaban antes en efectivo y ahora lo hacen en naturaleza y esa sustancia se queda y se vende aquí, surgiendo grupos que se enfrentan por controlar los puntos de drogas y eso aumenta los casos de sicariato.

Estamos en presencia de una nueva forma de crimen. Debemos prepararnos para enfrentarlo con responsabilidad. Al menos sé que existe la intención de hacerlo.

 

Ricardo Rosa

Periodista, labor que realizo desde 1970. He laborado en diferentes medios noticiosos (radio, televisión, periódicos impresos y digitales) tanto de Santiago como de Santo Domingo.

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