“La perspectiva de poner en marcha una agenda fuerte de lucha contra la corrupción y el crimen organizado, con respeto a la Constitución, la ley y el derecho, me han llevado a tomar esta decisión”, ha anunciado este jueves el magistrado a través de una nota minutos después de salir de la casa de Bolsonaro, en Río de Janeiro, donde mantuvo una reunión con el presidente electo.
“En la práctica, aceptar esta invitación significa consolidar los avances de la lucha contra el crimen y la corrupción de los últimos años y alejar los riesgos de un retroceso por el bien mayor”, ha añadido.
El caso, con múltiples ramificaciones, afectaba prácticamente a toda la clase política de Brasil . El juez Moro puso pocos reparos a que se asociase su nombre y su cara a los cientos de detenciones que ordenó (el caso entero lleva 218 condenas y 289 imputaciones), sobre todo las que tuviesen que ver con el entonces gobernante Partido de los Trabajadores (PT).