Si a las mujeres las trataran igual que a los hombres tras sufrir un ataque al corazón habría muchas menos muertes, según un nuevo estudio publicado en la revista Journal of the American Heart Association.
Para llegar a estas y otras conclusiones los autores del estudio analizaron los casos de 180,000 pacientes suecos que sufrieron un ataque al corazón durante un período de 10 años, entre 2003 y 2013.
Aunque este análisis es solo de casos suecos, los investigadores argumentan que es probable que la situación para las mujeres en otros países sea peor.
Los ataques al corazón se suelen considerar como una enfermedad típica de hombres, pero en países como Reino Unido, más mujeres mueren por cardiopatías que por cáncer de mama.
Aunque los ataques al corazón suelen afectar más a los varones, la mortalidad es más alta entre las mujeres, pero la razón no parece estar detrás de la biología.
“Hay una idea equivocada entre el público en general y entre los trabajadores de la salud sobre cómo son los pacientes de ataques al corazón”, dijo Gale.
“Normalmente nos lo imaginamos como un hombre de mediana edad, con sobrepeso, diabetes y fumador”.
Además, diagnosticar a las mujeres es más difícil porque tienden a quejarse menos del dolor en el pecho y a destacar síntomas menos específicos, como la falta aire o el dolor en el cuello.
A veces, estos síntomas se pueden confundir con indigestión, dolores musculares o ansiedad.
Más mortalidad entre las mujeres
Los investigadores encontraron pruebas de la diferencia en el trato entre hombres y mujeres con ataques al corazón desde el primer contacto con los profesionales de la salud.
Para empezar, según Gale, las mujeres tienen menos probabilidades de que les hagan las mismas pruebas de diagnóstico. Esto hace que tengan una probabilidad 50% mayor que los hombres de recibir un diagnóstico erróneo.
“Si te perdiste la primera oportunidad, la más temprana, tienes muchas más probabilidades de perderte también el siguiente punto de contacto, y eso cuenta acumulativamente de manera que conlleva a una mayor mortalidad”.
Menos cirugías y menos medicación
En un tipo específico de ataque al corazón las mujeres tenían un 34% menos de probabilidades de que les practicaran procedimientos médicos para lidiar con las arterias obstruidas, como cirugías de bypass y la colocación de stents, tubos diminutos de maya para evitar que una arteria se cierre de nuevo.
Además, las mujeres tenían un 24% menos de probabilidades de que los médicos les recetaran estatinas, un grupo de fármacos que ayudan a prevenir que se produzca un segundo ataque al corazón y un 16% menos de probabilidades de que les recetaran aspirina, que ayuda a la prevención de coágulos de sangre.
Los hallazgos del estudio contrastan con la política oficial de que todos estos tratamientos deberían ser administrados tanto a hombres como a mujeres.