El presidente Donald Trump presentó esta semana su proyecto de presupuesto para el año 2018. Le llaman el “skinny budget” porque es un programa de...

 

El presidente Donald Trump presentó esta semana su proyecto de presupuesto para el año 2018. Le llaman el “skinny budget” porque es un programa de gastos en una versión reducida, no las cuentas finales que, en cualquier caso, deben ser aprobadas por el Congreso.pobreza1

Aún en ese formato incompleto, el presupuesto significará un golpe para los neoyorquinos y en especial para los que tienen bajos ingresos.

Muchos de los servicios que usan los pobres en su vida diaria y que están financiados total o parcialmente con fondos federales, ahora sucumben ante la tijera del plan propuesto por la Casa Blanca.

La presidenta del Concejo de Nueva York, Melissa Mark-Viverito, no ahorró críticas (“peligroso”, “irresponsable” y “despreciativo”) antes de explicar que “deja de lado a los más vulnerables entre nosotros y pone en riesgo nuestro medio ambiente, infraestructura y futuro”.

Los departamentos de Agricultura, Comercio, Educación, Energía, Salud, Vivienda, Interior, Justica, Trabajo, Transporte, Estado, EPA e incluso el Tesoro y la SBA (Small Business Administration) sufrirán recortes en programas que desde la Presidencia se alega que no son efectivos.

El hecho es que las rebajas o la eliminación del presupuesto para algunos programas se centra en cuestiones muy puntuales que no tienen un elevado costo para el conjunto de las cuentas del estado, pero sí tienen un efecto desproporcionado en las vidas de sus beneficiarios.

No son cruciales a la hora de promocionar el crecimiento económico, pero lo perjudican a largo plazo ya que retira la red en la que se apoyan muchas personas de bajos ingresos a las que se les reducen las oportunidades de mejorar sus vidas.

Ricardo Rosa

Periodista, labor que realizo desde 1970. He laborado en diferentes medios noticiosos (radio, televisión, periódicos impresos y digitales) tanto de Santiago como de Santo Domingo.

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