LA HABANA (Cuba).- En una muestra particularmente absurda de poderío militar y folclor tropical, Raúl Castro presidió la semana pasada un desfile militar en La Habana para rendir homenaje a su hermano fallecido y conmemorar el 58 aniversario de la revolución.
Aparentemente, a todos les gusta arrimarse al ganador y Raúl Castro no es la excepción. Está loco por deshacerse del presidente Barack Obama, quien abrió la política estadounidense hacia Cuba como ningún otro mandatario estadounidense.