Miguel Cruz Tejada NUEVA YORK.- Félix Cepeda, un ex ministro jesuita que ejerció por años en la República Dominicana y regresó a Nueva York,...

Miguel Cruz Tejada

NUEVA YORK.- Félix Cepeda, un ex ministro jesuita que ejerció por años en la República Dominicana y regresó a Nueva York, donde nació siendo hijo de padres dominicanos, se declaró en huelga de hambre en las escalinatas de la entrada principal (Puerta del Perdón) de la catedral de San Patricio, exigiendo que la arquidiócesis católica de la ciudad, disponga de sus estructuras no usadas y las utilice como refugios para todos los inmigrantes.Ex jesuita de origen dominicano en huelga de hambre

Un cartel que reza “ningún humano es ilegal”, una mochila, un rosario azul, un suéter con una foto de Martin Luther King y Malcom X, y una gorra de béisbol, son los atuendos con los que Cepeda, llegó el viernes y se plantó en la puerta del majestuoso templo. Su padre fue un inmigrante indocumentado después de llegar de un campo en la República Dominicana, y esa es una de sus principales motivaciones para la huelga de hambre.

Dijo que es triste ver que los grandes tesoros arquitectónicos de la iglesia católica, no sean usados para acoger aunque a un solo inmigrante.

Su lema es “aunque sea uno”, en alusión a que busca presionar a las autoridades católicas de Nueva York para que den refugio y conviertan los templos cuyas estructuras están vacías, en centros de amparo a todos los inmigrantes, bajo ataque del gobierno de Donald Trump y la policía de inmigración (ICE).

Lamenta que la arquidiócesis haya puesto en venta en la industria local de bienes raíces sus grandes y lujosas propiedades.

Él comenzó su cruzada en la puerta de la iglesia La Virgen del Escapulario / Santa Estefanía en la calle 28 Este, entre avenidas Lexington y Tercera en Manhattan, donde también estuvo por días, haciendo el mismo reclamo.

En una reciente entrevista con la Red Nacional Católica (RCN), Cepeda dijo que se mantendrá en huelga de hambre, hasta que llegue una respuesta justa en favor de los hijos de Dios.

Recordó que abandonó su ministerio jesuita en la República Dominicana, después que la iglesia le aplicó la ley de desobediencia y ahora es un destacado activista comunitario radicado en El Bronx.

Tiene 36 años de edad y comenzó desde niño en la militancia católica.

“Estamos sentados sobre este tesoro”, dijo Cepeda. “Es un crimen”.

El término “nosotros”, usado por Cepeda, se refiere a la arquidiócesis.

Como trabajador católico y ex hermano jesuita en la República Dominicana, e  imbuido por las decisiones del congreso del Vaticano II dice que la iglesia es el pueblo de Dios.

Él es parte de la comunidad de Manhattan Catholic Worker, y cuenta a la activista Dorothy Day, su fundadora, como una de sus heroínas. Ha mantenido el legado como activista.

Para Cepeda, la iglesia católica en Nueva York debe transformar las estructuras vacías como la iglesia la Virgen del Escapulario / Santa Estefanía, en centros para hacer frente a dos crisis en curso en la ciudad.

Una de ellas es la falta de viviendas, agravada por los altos alquileres, especialmente en Manhattan.

La otra es la necesidad para albergar de manera segura a los inmigrantes que buscan un respiro de las políticas de deportación de la administración Trump.

La famosa catedral de San Patricio en el centro, la estructura fue construida en 1854.

Es una  de 40 iglesias de la arquidiócesis que se han cerrado desde agosto de 2015, como ajuste al presupuesto  y la medida provocó poca  asistencia a las misas y la escasez de sacerdotes.

La arquidiócesis, que incluye Manhattan, El Bronx, Staten Island y seis condados del Norte del estado, se redujo en un 20 por ciento en un solo año.

Cepeda prevé que uno de esos edificios se utilizará para dar techo a los indocumentados.

“La iglesia Nuestra Señora del Escapulario / Santa Estefanía, con una rectoría sin usar adyacente adjunta, sería una ubicación perfecta”, dijo Cepeda.

A pesar de que se encuentra en una parcela que es una mina de oro para cualquier desarrollador de condominios, el edificio es un hito histórico, obligado por ley a mantener su aspecto tradicional. Las restricciones históricas para transformar el espacio es un obstáculo.

Pero Cepeda  ve un modelo en una iglesia cerrada de manera similar que en Madrid, que ahora se utiliza como un espacio de cultos y centro de acogida para personas sin hogar.

“Nueva York, dijo, podría utilizar una instalación similar”, dijo Cepeda.

Citó una frase de la película Spiderman: “Podríamos hacer más. Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”.

A antiguos feligreses de esa iglesia, también les gustaría cambiar la finalidad de otras cerradas, como La Natividad en el Bajo Manhattan.

Ese edificio modernista podría ser utilizado como un refugio para desamparados y un centro de conferencias dedicado a su más famoso feligrés.

Los funcionarios de la arquidiócesis argumentan que los edificios de la iglesia no son adecuados para tales fines.

“Ellos carecen de las instalaciones adecuadas para las personas que viven en ellas” dijo Joe Zwilling, portavoz de la arquidiócesis.

Los defensores locales  de la inmigración dicen que el cardenal Timothy Dolan, quien dio una invocación en la inauguración de Trump, se ha mostrado reticente acerca de las políticas de inmigración de la administración, que tienen un impacto en los muchos católicos de Nueva York que son indocumentados.

Dolan ha dicho que su participación en la toma de posesión no era un respaldo a las políticas de inmigración de Trump, y era un intento de proporcionar la civilidad en la vida política de la nación polarizada.

Él escribió una columna el 31 de enero en el tabloide New York Daily News donde pidió al presidente a reconsiderar sus políticas de inmigración.

Mientras que una gran parte de los inmigrantes indocumentados bajo amenaza en Nueva York son católicos, son las iglesias protestantes las que han salido adelante como vanguardias del incipiente movimiento santuario, que espera utilizar sus locales  como un refugio para los inmigrantes indocumentados que huyen de la deportación.

La Coalición del Nuevo Santuario de la ciudad de Nueva York, incluye docenas de iglesias de la zona.

Algunas de esas iglesias han dado hasta ahora el salto para proporcionar refugio a tiempo completo para los inmigrantes amenazados.

Mientras que las regulaciones de inmigración y aduanas dicen que los funcionarios federales no perseguir a los inmigrantes indocumentados en las iglesias, no hay ningún requisito legal para que respeten los templos.

Los proveedores de servicios sociales católicos son reacios a alejar a la arquidiócesis, dijo Cepeda, incluso si son simpatizan con la utilización de propiedades de las iglesias cerradas para  hogares o santuarios.

“Por el contrario, soy independiente. Soy libre de decir lo que quiero decir”, añadió Cepeda.

Hasta el momento, las ventas de propiedades de la iglesia cerradas están siendo muy lentas.

Dos antiguas parroquias católicas, una en Manhattan y otra en Yonkers, están siendo arrendadas a una comunidad de rito oriental y a la Iglesia egipcia copta ortodoxa.

Cepeda asegura que no olvida que su padre fue indocumentado cuando emigró a Estados Unidos desde un campo en República Dominicana.

 

 

Ricardo Rosa

Periodista, labor que realizo desde 1970. He laborado en diferentes medios noticiosos (radio, televisión, periódicos impresos y digitales) tanto de Santiago como de Santo Domingo.

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