Contra la discriminación racial Contra la discriminación racial
POR RAFAEL BALDAYAC Todavía en este siglo el racismo, la xenofobia y la intolerancia son problemas comunes en todas las sociedades. Las prácticas discriminatorias... Contra la discriminación racial

POR RAFAEL BALDAYAC

Todavía en este siglo el racismo, la xenofobia y la intolerancia son problemas comunes en todas las sociedades. Las prácticas discriminatorias son frecuentes, sobre todo contra los migrantes, refugiados y los afrodescendientes.

El primer artículo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos proclama que “todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos”.

Mientras que el segundo afirma que “toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza o de cualquier otra índole”.

La Asamblea General de la ONU decidió, hace medio siglo, que debería organizarse cada año a nivel mundial, una Semana de Solidaridad con los pueblos que luchan contra el Racismo y la Discriminación Racial.

Esa idea surgió cuando el 21 de marzo de 1960 la policía abrió fuego en una manifestación pacífica contra las leyes del apartheid que se realizaba en Sharpeville, Sudáfrica. El represivo cuerpo policial asesinó a 69 personas.

Seis años después, en 1966, la ONU proclamó el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, pidiendo a los países y a la comunidad internacional que redoblen los esfuerzos para eliminar todas las formas de discriminación racial.

El apartheid fue un conjunto de leyes que establecían un sistema desigual y discriminaban a la población negra e india de Sudáfrica durante gran parte del siglo pasado.

Este sistema político fue impulsado por los descendientes de los colonos europeos, que querían mantener sus privilegios frente a la población autóctona. El régimen se aplicó desde 1948 hasta principios de los 90.

Bajo el régimen del apartheid, los negros no podían votar, debían vivir en zonas alejadas de los blancos (llamadas bantustanes), cobraban menos que ellos por el mismo trabajo y, si iban al colegio, debían ir a centros separados con peor nivel educativo.

La segregación era tan extrema que blancos y negros no podían ser pareja o casarse, utilizar el mismo baño público, ir en el mismo autobús ni bañarse en las mismas playas, entre muchas otras restricciones.

Ciertamente que en muchos países se han suprimido leyes y prácticas racistas, pero aun así  hay que seguir  concientizando para que todos nos movilicemos contra los prejuicios raciales y las actitudes discriminatorias que todavía existen en el mundo.

¿Qué dice la Biblia acerca del racismo, prejuicio y discriminación? El primer punto a entender en este tema  es que sólo hay una raza –la raza humana. Los caucásicos (personas originarias de Europa con determinados rasgos físicos, entre los que destaca el color pálido de su piel), africanos, asiáticos, indios, árabes, judíos etc., no son razas diferentes. Más bien son diferencias  étnicas de la raza humana.

Étnico es el grupo de personas que pertenece a una misma nación o etnia. La palabra étnico es de origen griego “ethnos” que significa “nación, pueblo”. Se puede considerar como grupo étnico al conjunto de personas que comparten las mismas costumbres, tradiciones, cultura, música, alimentación y cosas por estilo.

Todos los seres humanos tienen las mismas características físicas (con variaciones menores por supuesto). Pero lo más importante, es que todos los seres humanos fueron creados a la imagen y semejanza de Dios (Génesis 1:26-27).

Dios ama al mundo entero (Juan 3:16). Jesús dio Su vida por todos en el mundo entero (1Juan 2:2). El “mundo entero” obviamente incluye todas las etnias de la humanidad.

Dios no muestra un favoritismo parcial (Deuteronomio 10:17; Hechos 10:34; Romanos 2:11; Efesios 6:9), tampoco debemos hacerlo nosotros.

Santiago 2:4 dice que cualquiera que muestra discriminación es como un “juez con malos pensamientos.” En cambio, debemos “amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos” (Santiago 2:8).

En el Antiguo Testamento, Dios dividió a la humanidad en dos grupos “raciales”; los judíos y los gentiles. La intención de Dios fue que los judíos fueran un reino de sacerdotes, ministrando a las naciones gentiles.

En vez de eso, la más de las veces, los judíos se volvieron orgullosos de su posición y despreciaban a los gentiles. Jesucristo puso fin a esto, destruyendo el muro divisorio de hostilidad (Efesios 2:14).

Ricardo Rosa

Periodista, labor que realizo desde 1970. He laborado en diferentes medios noticiosos (radio, televisión, periódicos impresos y digitales) tanto de Santiago como de Santo Domingo.

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