PUNTOS…Y PICAS

POR CARLOS MANUEL ESTRELLA

Frontera judicial

Las actuaciones más recientes del Ministerio Público como órgano persecutor de corrupción pasada y presente marcan sin duda la línea divisoria para enrumbar la institucionalidad democrática por el camino del cambio inaplazable que movilizó miles de ciudadanos apartidistas en campaña 2020.

El presidente Luis Abinader honró su palabra al designar a Miriam Germán Bito como cabeza de la Procuraduría General de la República (PGR) con el único compromiso de cumplir los deberes constitucionales del cargo sin subordinación política hacia el primer mandatario y jefe del Estado.

A diez meses de gestión las operaciones de la PGR, vía la dirección de Persecución del Ministerio Público y la Procuraduría Especializada en Persecución de la Corrupción Administrativa (PEPCA), denominadas con nombres de moluscos y el número 13, son un positivo cambio de rumbo.

Son un paso adelante, con firmeza bajo el esquema de investigar, recabar informaciones y evidencias para después arrestar a sospechosos, todo con respeto del debido proceso, sin que medie factor de simpatía o antipatía partidista, en un nuevo estilo que engrandece las diligencias de la PGR.

Ahora falta que al llevar los procesados ante la jurisdicción de juicio, el Poder Judicial complete la labor como espera la colectividad para que se acabe la era de la impunidad favorecida desde esferas políticas y los que han usado, distraído o robado bienes públicos los devuelvan y sufran el castigo condigno.

La recuperación del patrimonio estatal frente a la mala costumbre del robo, en todas sus manifestaciones, desde la función pública es un imperativo histórico que marca la frontera judicial del antes y el ahora, con una ciudadanía vigilante y militante que defenderá la labor del Ministerio Público.

Por: Carlos Manuel Estrella

cmestrella_@hotmail.com