Condenado por asesinato aspira a ser juez Condenado por asesinato aspira a ser juez
Miguel Cruz Tejada NUEVA YORK.- Ángel Cruz, un ex convicto boricua condenado hace décadas por intento de asesinato, drogas y armas de fuego, se... Condenado por asesinato aspira a ser juez
El exconvicto Ángel Cruz

El exconvicto Ángel Cruz

Miguel Cruz Tejada

NUEVA YORK.- Ángel Cruz, un ex convicto boricua condenado hace décadas por intento de asesinato, drogas y armas de fuego, se está postulando ahora en las primarias demócratas del 22 de junio para juez de la corte civil en El Bronx.

Cruz, quien durante su cautiverio en la cárcel aprovechó el tiempo y las facilidades se graduó de abogado mientras purgaba la condena en las ergástulas.

Tiene un mensaje contra la violencia, crímenes y posesión ilegal de armas en su campaña y se ha atraído el respaldo de connotadas figuras puertorriqueñas en la política demócrata de El Bronx, entre estos, el reverendo y concejal Rubén Díaz (padre), el concejal dominico – boricua Fernando Cabrera y el asambleísta José Rivera.

Cruz estuvo 10 años en prisión y asegura que “solo en Estados Unidos es esto posible. He pasado de enemigo público a campeón público”, en una entrevista que concedió al tabloide New York Post.

Relató que fue un delincuente juvenil mientras crecía en el vecindario Kingsbridge durante los turbulentos “The Bronx Is Burning Days” (Los Días de El Bronx Ardiendo) en  la década de los setentas  y comienzos de los ochentas. I

En un video de campaña para promoverse publicado en youtube, Cruz narra parte de su pasado criminal, ilustrando momentos con fotografías.

Dijo que era un delincuente juvenil cuando era un adolescente, siendo arrestado por robo cuando tenía 13 años, y nuevamente en 1981 por robo en cadena.

Fue detenido y condenado por intento de asesinato durante un robo en 1982, a la edad de 17 años. “Tenía un arma. Se dispararon balas”, dijo, aunque insiste en que fue un cómplice de él quien disparó y nadie resultó herido.

Después de su liberación en 1988 tras cumplir condena, Cruz volvió a una vida de crimen, y fue detenido de nuevo a los 22 años y condenado por robo a mano armada en una disputa sobre una venta de heroína en Brooklyn.

Fue sentenciado a 16 años para salir en 8 en libertad condicional después de un juicio con jurados, pero mientras estaba encarcelado, Cruz decidió estudiar y todos los días se le veía en la biblioteca de la cárcel, creyendo que la fiscalía lo había engañado y se convirtió en su propio defensor legal para ejercer la auto defensa en el tribunal.

“La biblioteca de la prisión se convirtió en mi iglesia”, explicó. Cruz, con la ayuda de un defensor público, se representó a sí mismo cuando apeló su condena. La División de Apelaciones desechó el caso y lo devolvió al juez de primera instancia para que lo volviera a presentar.

Le da crédito al entonces juez de Brooklyn César Quiñones por reducir su sentencia a cinco años o tiempo cumplido en su audiencia. Quiñones falleció en 2018.

“Le pregunté al juez Quiñones si tenía el valor suficiente para darme una oportunidad. Estás hablando de un delincuente condenado dos veces que ha estado en el sistema de justicia penal desde la edad de 12 años”, relata Cruz.

“Al final, el juez Quiñones ejerció la gracia. El juez pagó mi deuda con el Diablo. Después de eso, yo pertenecía a Dios. A partir de ese momento, cambié mi vida”, narró.

Se graduó en Justicia Criminal en el colegio John Jay College y luego en la Escuela de Leyes de la Universidad de Nueva York (CUNY).

Y trabajó para jueces, hizo trabajos legales para la oficina del presidente del condado de El Bronx y ahora tiene su propia práctica legal en un bufete – “Maldonado – Cruz”  que dirige  su esposa, que es jueza en una corte de ese condado.

Pero inicialmente, su pasado criminal seguía siendo un obstáculo. Después de aprobar el examen de la Barra de Abogados del Estado de Nueva York, Cruz solicitó su exequátur (licencia)  en la División de Apelaciones, que decide sobre si un ciudadano tiene el carácter para practicar la ley. El tribunal rechazó la primera petición de Cruz, pero le aprobó  la segunda solicitud.

Representó al también  ex convicto y ex concejal Hiram Monserrate, desafiando sin éxito una ley aprobada por el Concejo Municipal que prohíbe a electos condenados por delitos de corrupción postularse para un cargo público.

Cruz, que ahora reside en el sector Throggs Neck en El Bronx, también se casó y tiene tres hijos con su esposa, Lumarie Maldonado Cruz, quien fue elegida jueza en la corte civil de  Queens en 2019, derrotando al candidato elegido por el dedo del Partido Demócrata en ese condado.

En 2020, Cruz fue derrotado cuando se lanzó a las primarias para asambleísta estatal por el distrito donde reside en Queens.

“Ángel ha hecho su tiempo. Se ha redimido a sí mismo. No tiene nada de qué avergonzarse y mucho de lo que estar orgulloso. Estoy orgulloso de su candidatura”, dijo Rivera, quien señaló que Cruz proporcionó asistencia legal cuando encabezó el Partido Demócrata en El Bronx.

“Ángel será un juez justo. No será controlado por nadie”, añadió Rivera. Cruz señaló que podría terminar siendo trasladado a casos criminales si es elegido, pero insistió en que será un juez imparcial y no un jurista blando y suelto a pesar de su pasado.

“Sospecho que escucharé casos penales. La primera obligación es la seguridad pública. El castigo es necesario. Pero debemos medir eso con gracia”, dijo.

La Junta Electoral estatal dijo que no tenía registro de que Cruz presentara documentos para su candidatura. Su campaña dijo que sí sometió la petición.

Si es aprobado para postularse por la junta, Cruz tendrá que enfrentarse   a varios candidatos a juez de la Corte Civil en el Segundo Distrito Municipal de El Bronx  que incluyen a las abogadas Jessica Flores, quien cuenta con el respaldo del Partido Demócrata, Juan Rodríguez, Verena Powell, con gran experiencia en justicia criminal y Yadhira González Taylor.

Ricardo Rosa

Periodista, labor que realizo desde 1970. He laborado en diferentes medios noticiosos (radio, televisión, periódicos impresos y digitales) tanto de Santiago como de Santo Domingo.

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