Las águilas, favoritas de Dios  Las águilas, favoritas de Dios 
POR RAFAEL BALDAYAC “Jehová Dios hizo el aire, el agua, la tierra, las plantas, el sol y la luna. El quinto día de la... Las águilas, favoritas de Dios 

POR RAFAEL BALDAYAC

“Jehová Dios hizo el aire, el agua, la tierra, las plantas, el sol y la luna. El quinto día de la creación todo estaba listo para que hiciera algunos animales.  Dios dijo: “Quiero que las aves vuelen sobre la tierra y crucen el cielo azul” (Génesis 1:20, TLA).

Una de las más bellas obras creadas por Dios, son las aves, tan especiales que son los únicos animales que tienen plumas, como si fueran hermosos ángeles alados, esos servidores de Dios y protectores del ser humano.

Las Águilas son las aves favoritas de Dios.  Son los reyes del aire. No hay otra igual. Aparecen más veces en la Biblia que cualquier otra, haciendo muchas referencias para enseñarnos valiosas lecciones acerca de la vida y de la amistad con Dios.

El Señor Jehová compara al águila con la vida del cristiano. En Isaías 40:30-31 vemos en las cualidades y naturaleza del águila un objetivo divino.

“Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.”

Es el majestuoso vuelo de la victoria.  El águila volando hacia las alturas habla de acción, renovación y acción espiritual. El águila subiendo al cielo significa alabanza y adoración.

La alabanza y la adoración a Dios demandan renovación y acción contínua. El águila en las alturas aparece delante de la presencia misma de Dios.

El desafío del águila es buscar las alturas igual nosotros, por eso debemos poner nuestra mirada en las cosas de arriba (Colosenses 3:1-4), no en las terrenales, elevarnos sobre lo terrenal.

Y como esta poderosa ave, llamados por Dios a desarrollar una vida cristiana vigorosa, fructífera, madura, en medio de un mundo carente de valores éticos, morales y espirituales.

Lo que mantiene fuerte y joven al águila en su victorioso vuelo, como en el buen atleta, es su ejercicio diario, el entrenamiento constante.  Ella revolotea de 4 a 6 horas diarias y de eso depende su sustento, el de sus aguiluchos, y también su longevidad. Si no volara lo necesario, sus grandes alas se atrofiarían.

El creyente también necesita ejercitarse todos los días en la comunión con Dios, en la lectura y meditación de la Palabra y en el servicio para mantenerse vivo y desarrollándose (Efesios 6:18, Salmos 1:2-3, 2 Timoteo 2:15).

No debemos poner nuestra mirada en el “alimento muerto”, la carroña, es decir la carne que está pudriéndose, que representa la corrupción. Ese no es el alimento del águila, ellas solo comen alimento vivo.

En la Biblia, el pan es alimento, fuerza y medio de subsistencia. Se convierte en una metáfora espiritual tan importante porque es don de Dios y símbolo de toda necesidad.

Jesús dice: “Yo soy el pan de vida; el que a mi viene, nunca tendrá hambre; y el que en mi cree, no tendrá sed jamás”, (Juan 6: 35, 51).

Las águilas son símbolos y emblemas de realeza, poder, valor, nobleza y excelencia su presencia en escudos nacionales (U.S.A., México, etc.) evidencia esos significados. También en el himno de Guatemala (“ojalá que remonte su vuelo más que el cóndor y el águila real”).

Ricardo Rosa

Periodista, labor que realizo desde 1970. He laborado en diferentes medios noticiosos (radio, televisión, periódicos impresos y digitales) tanto de Santiago como de Santo Domingo.

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