El año que viene… El año que viene…
POR PEDRO DOMINGUEZ BRITO Parece que en la naturaleza humana los inicios en el calendario tienen magia, despiertan un interés inusual, nos hacen planificar... El año que viene…

POR PEDRO DOMINGUEZ BRITO

Parece que en la naturaleza humana los inicios en el calendario tienen magia, despiertan un interés inusual, nos hacen planificar lo que queremos ser y no hemos podido o lo que intentamos alcanzar sin los frutos anhelados. “Planificar¨ nos resulta más cómodo que ¨hacer”. Y esto tiene un significado especial cuando se han vivido tiempos atípicos, como ahora con la pandemia.

Los lunes, por ejemplo, son los días elegidos para empezar a hacer ejercicios, llevar una dieta adecuada y de una vez y por todas esforzarnos por mantenernos sanos de mente y cuerpo. “Desde que arranque la semana me ocuparé como Dios manda de mi fe, leeré más y trotaré como un keniano”, autoproclamamos.

Igual ocurre con el primer día de cada mes, donde proyectamos desde ahí lo que haremos o cambiaremos. Y, como es comprensible visto lo anterior, en nuestra cultura el cierre del año lo percibimos como el fin de una etapa de nuestras vidas; mientras que el año nuevo es un renacer, una esperanza, un sueño.

En todo el período nos ocurren cosas buenas y malas, de las que somos responsables por comisión u omisión. Sugiero en esta época cuestionarnos en seis áreas: la espiritual, la familiar, la de servicio a los demás, la relacionada con la amistad, la laboral y la de superación personal por medio del estudio. Así las cosas, me permito hacer algunas preguntas.

Si teníamos metas el año pasado, a pesar del COVID-19: ¿Fueron logradas? ¿En qué tuvimos éxito? ¿En qué fallamos? ¿Cuáles fueron las razones para nuestros triunfos y nuestras derrotas? ¿Qué debemos hacer o no hacer? ¿Cuál debe ser nuestro comportamiento en determinadas circunstancias? ¿Fue adecuada la forma en que enfrentamos las adversidades y en la que nos comportamos con las victorias?

Busquemos en estos días nuestros momentos de soledad, quizás mejor en un ambiente natural, sin bullicio y pensemos cómo podemos ser mejores personas en el año 2021 y la manera más adecuada de ayudar y comprender a los demás, especialmente a los que están a nuestro lado , que de esos no pocos se olvidan.

Aprovechemos la agonía de diciembre para encontrarnos a nosotros mismos y ser útiles al prójimo. Y que nos mantengamos así durante todo el año que pronto llega y más allá, que ahí está el detalle, en la intensidad de nuestra perseverancia, en mantener nuestros propósitos. Recordemos que lo que nos espera no es fácil como consecuencia del virus.

 

Ricardo Rosa

Periodista, labor que realizo desde 1970. He laborado en diferentes medios noticiosos (radio, televisión, periódicos impresos y digitales) tanto de Santiago como de Santo Domingo.

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