PUNTOS…Y PICAS

POR CARLOS MANUEL ESTRELLA

Desafío electoral

Hace justo un año al evaluar el 2018, desde esta columna se planteó como reto para el 2019 la necesidad del “ejercicio de ciudadanía responsable, empoderamiento popular para que la presión social imprescindible fuerce acciones de gobierno que enderecen los rumbos equivocados”.

Ahora puede decirse que ni hubo ciudadanía responsable que presionara ni voluntad política gubernamental para corregir males porque continuó la inseguridad, no mejoró tránsito ni transporte, reinó la impunidad y la Justicia retrocedió ante una vergonzante gestión politizada del Ministerio Público.

Al iniciar este 2020, de elecciones municipales en seis semanas, y de cambios en el Poder Ejecutivo y renovación de la matrícula del Congreso con voto universal el 17 de mayo, los desafíos son mayores y más delicados enfocados en las responsabilidades atribuidas a la Junta Central Electoral.

El órgano constitucional con funciones autónomas para organizar y montar las asambleas electorales está sometido a una prueba de fuego respecto a diafanidad de votaciones, credibilidad sobre su rol, seguridad del sufragio y eliminación del fantasma del fraude consustancial a intenciones continuistas.

Otros temas vitales son retos para gobernantes y gobernados, quizás el vinculado al año electoral sea el mayor lo que obliga a que ciudadanos activos se involucren porque del dictamen de las urnas dependerá si sucumbe o no la institucionalidad democrática, al borde de precipicio por hegemonía partidista.

De esos procesos se desprenderán situaciones de impacto directo en la economía, ahora en incertidumbre por factores locales y globales, así como en la deseada interdependencia de poderes públicos, control del presidencialismo excesivo para lograr el verdadero Estado social y democrático de derecho. Ojalá.