PUNTOS…Y PICAS

POR CARLOS MANUEL ESTRELLA

Lo legal y lo justo

A propósito de la condena en primer grado por un tribunal colegiado del distrito judicial Duarte en el caso de la adolescente embarazada Emely Peguero, del que fueron imputados su novio y suegra, surge la controversia entre lo legal y lo justo.

La indignación es colectiva por la pena aplicada a la madre de Marlon Martínez, quien para el pueblo fue instigadora del horrendo crimen y merecía 20 años de prisión, pero los jueces solo la responsabilizaron de ocultamiento del cuerpo sin vida y condenaron a cinco.

La sentencia estuvo apegada a legalidad según concluyó el tribunal que fue convencido por la defensa de que Marlin Martínez no fue cómplice en los hechos que derivaron en muerte de la adolescente agravada con actos de barbarie, sino que solo ocultó el cadáver.

La complicidad está caracterizada en este caso, conforme al obsoleto Código Penal vigente, en “abuso de poder y autoridad” de la madre hacia el hijo, además por sus acciones a posteriori para entorpecer el esclarecimiento del crimen sabiendo que la joven estaba muerta. Su implicación es evidente.

Con una legislación original de 1884 no es dable “legalmente” en el siglo XXI aplicar pena condigna al escandaloso crimen sin violar el debido proceso constitucional vigente desde 2010 y ese formalismo valida lo que para el pueblo es irritante decisión judicial provocadora de violentas protestas.

El ideal de justicia, dar a cada quien lo que le corresponde y situarse en punto medio entre dos extremos, queda mal parado en este caso que tendrá que ser rectificado en segundo grado y que reta al Ministerio Público a corregir, en lo posible, graves fallas procesales de la investigación.