WASHINGTON.- El Fondo Monetario Internacional (FMI) anticipa tormenta. Antes de inaugurar la cumbre de la próxima semana en Bali (Indonesia), la organización muestra su inquietud ante la marcha de la economía internacional en los últimos meses y, sobre todo, lo que puede ocurrir en los próximos.
Lagarde también ha alertado sobre un problema que en realidad nunca ha dejado de existir, pero ahora parece más presente que nunca. La deuda global —tanto pública como privada— encadena récord tras récord.
Según calculan los economistas del Fondo, ha alcanzado ya los 182 billones de dólares (unos 157 billones de euros al cambio actual). Más o menos el equivalente a 156 veces el PIB español.
Desde su informe de la pasada primavera, la cifra ha aumentado en 18 billones de dólares.
El monstruo de la deuda no deja de crecer. Supera ya en un 60% el nivel de 2007, un año antes de que la Gran Recesión llegara con toda su virulencia para cambiar el mundo.
Y esta cifra es más preocupante ahora que la época de estímulos monetarios por parte de los grandes bancos centrales parece haber llegado a su fin.