PUNTOS…Y PICAS

POR CARLOS MANUEL ESTRELLA

Otra vez la reforma

De nuevo se debate la reforma constitucional y la denominada reelección como controversia, si es necesario referendo aprobatorio y sobre cantidad mínima de asambleístas para aprobar o rechazar cambios.

Es indiscutible que la Carta Magna es tipificada rígida, porque solo puede ser reformada mediante el mecanismo instituido por ella misma (art. 267), procedimiento riguroso que tiene tres momentos claves.
El primer paso es quienes tienen iniciativa para presentar el proyecto de ley que declare la necesidad de la reforma y aspectos a revisar, que son el Poder Ejecutivo, con solo hacer la propuesta, y un tercio de senadores (11) o de diputados (64) si la proposición nace en el cuerpo legislativo.

El segundo momento es la aprobación de la ley de convocatoria, especial y única, que no puede ser observada por el Poder Ejecutivo y que debe indicar objeto y artículos a reformar, así como ordenar a la Asamblea Nacional Revisora reunirse en 15 días.

Y el tercer paso, para conocer la propuesta en sí, es el momento clave del debate y sometimiento a votación que requiere, paradójicamente, el quórum menos grave, las dos terceras partes “de los votos” (art. 271), es decir, ignorando ausentes y abstencionistas.

Por eso es impreciso e imposible predeterminar mínimo de votos imprescindibles para sancionar un cambio constitucional, pues todo dependerá del número de votantes, no de matrícula de 222 personas ni de presentes por encima de más de la mitad, 112.

Acerca del referendo aprobatorio (art. 272), cuya realización requiere aprobación previa de ley para regularlo, es preciso analizarlo con detenimiento para demostrar que la repostulación no es materia objeto de esta consulta popular.