PUNTOS…Y PICAS

POR CARLOS MANUEL ESTRELLA

Contra Revisora

Los deseos de un sector político de habilitar al presidente de la República para una tercera postulación consecutiva tienen como valladar disposiciones constitucionales producto de la reforma acelerada de junio de 2015 que de manera expresa, directa y hasta individualizada se lo impiden.

No hay otro mecanismo que modificar de nuevo el artículo 124 de la Constitución para hacer posible que el hombre del tiburón podrido pueda someterse al escrutinio electoral en procura de igualarse con su antecesor y rival interno partidista en períodos al frente de los destinos nacionales.

La decisión del Tribunal Constitucional de declarar la inadmisibilidad de la acción directa de inconstitucionalidad contra la disposición transitoria vigésima agregada en la reforma de 2015, “en razón de la imposibilidad de declarar inconstitucional la propia Constitución”, era algo lógico y esperado.

Es el primer intento de romper de nuevo el impedimento de la repostulación y burlar el procedimiento de la Asamblea Nacional Revisora para tratar de judicializar la reforma e imponer mecanismos que han resultado exitosos en otras lugares de Latinoamérica para facilitar el continuismo.

La puerta de la mal llamada “reelección” queda cerrada por esa vía y sus propiciadores tendrán que maniobrar para reeditar prácticas indecorosas que permitieron la relampagueante adecuación del artículo 124 a la medida de apetencias coyunturales del inquilino de turno del Palacio Nacional.

El parche a la Carta Magna en 2015 fue producto de maniobras políticas non sanctas más que jurídicas, de negocios de cúpulas partidistas y oferta de “reelección por reelección” que ahora es difícil repetir por la guerrilla intrapartido y la crispación social esperanzadora contra el continuismo de la Era del PLD.