Haití, 227 años de esclavitud y racismo Haití, 227 años de esclavitud y racismo
POR RAFAEL BALDAYAC Hoy  23 de agosto se conmemora el 227 aniversario de la rebelión de los negros en América, hombres y mujeres, sometidos... Haití, 227 años de esclavitud y racismo

POR RAFAEL BALDAYAC

Hoy  23 de agosto se conmemora el 227 aniversario de la rebelión de
los negros en América, hombres y mujeres, sometidos a la esclavitud en Saint-Domingue, la parte occidental de la isla de La Española, en el llamado Santo Domingo francés, actual Haití.

La  Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) declara el 23 de agosto de cada ano como  el Día Internacional del Recuerdo de la Trata de Esclavos y de su Abolición.

Mediante  esta dedicatoria  desea recordar la importancia fundamental de la transmisión de la historia para poner de relieve la lucha contra todas las formas de opresión y racismo que existen en la actualidad.

El 23 de agosto de 1791 los esclavos del Santo Domingo francés se
sublevaron sumiendo el país en una guerra civil. Además de libertad
había deseos de venganza. En unas pocas semanas a la revuelta se
habían unido 100,000 esclavos y estos habían matado a 4,000 blancos y destruido más de 300  plantaciones de azúcar, café y añil.

Ahí nació el resentimiento de los haitianos, quienes  siguen odiando a
los blancos en el mundo. Un racismo ancestral, después de 227 años.

Los negros haitianos, ya en poco tiempo, 1792, controlaban un tercio
de la isla. España, que controlaba el resto de la isla, no desaprovechó la ocasión para perjudicar a la recién creada República Francesa, apoyando a los esclavos sublevados.

Sin embargo Haití, el país más pobre del hemisferio,  ha sido una
sociedad esclavizada por sus gobernantes.

Esclavitud es la condición por la que un ser humano es propiedad de
otro, siendo vendido y comprado como un animal,  manejado totalmente por la voluntad de su dueño y  sometido  a trabajar sin consentimiento propio y sin paga.

Como forma de trabajo legal la esclavitud ha sido abolida en todos los países del mundo,  pero en la práctica,  la abolición no hizo que
desapareciera: la esclavitud es una realidad que existe hoy en día, en
variadas formas.

Hoy la esclavitud nos acecha a todos: por un lado, los países
desarrollados mantienen a los países subdesarrollados bajo un régimen de servicio y explotación, donde las cadenas y los látigos se han camuflado.

Por otro lado, subsiste la venta y tráfico ilegal de personas,
tráfico donde las principales, aunque no exclusivas, víctimas son los
niños, los pobres, las mujeres, los desvalidos, los inmigrantes y las
minorías étnicas o raciales.

Sus actividades más frecuentes son: el trabajo forzoso en la
agricultura y en la industria, la prostitución, la pornografía, el
tráfico de drogas, el robo, el trabajo doméstico, la mendicidad
obligatoria, la venta callejera…

Otra cara de la esclavitud es el trabajo forzoso impuesto por
militares; el reclutamiento forzoso u obligatorio de niños para
utilizarlos en conflictos armados; el uso del trabajo de los presos en
países en los que el trabajo forma parte de la pena como en China.

La palabra  esclavo se encuentra 46 veces en la Biblia, y esclavitud,
aunque sí aparece en el Nuevo Testamento, no existe en el Antiguo
Testamento, porque en  hebreo  se traduce más veces como “siervo,
sierva o servidumbre”.

Entre los hebreos, los esclavos podían ser adquiridos de diversas
maneras: como prisioneros de guerra (Numero 31:7-9), por compra
(Levítico  25:44), como obsequio (Génesis  29:24) o simplemente como negocio,  por aceptar a una persona en lugar de una deuda (Levítico 25:39).

También  por nacimiento dentro de una familia de esclavos ya poseídos (Éxodo  21:4), por arresto si el ladrón no tenía nada para pagar por el objeto hurtado (Éxodo  22:2-3), e incluso por decisión voluntaria de la persona que quisiese ser una esclava (Éxodo  21:6).

Los esclavos entre los hebreos eran tratados más bondadosamente que los de  las otras naciones, debido a que la ley mosaica establecía reglas para su trato. Ellos podían ganar su libertad de diversas maneras (Éxodo 21:2-27), (Levítico 25:25) ss.; (Deuteronomio15:12-23).

El precio de los esclavos variaba según época y circunstancias. En el
siglo III a.C., los esclavos judíos de Alejandría se vendían a 120
dracmas.

La legislación hebrea preveía el pago de 30 siclos al dueño de un
esclavo muerto  por negligencia  (Éxodo 21:32). José,  a los 17 años
de edad,  fue vendido por sus hermanos a una caravana de mercaderes por  20 siclos de plata (Génesis 37:28).

A  lo largo  de toda la Biblia la palabra yugo  está ligado a
esclavitud,  es decir al sometimiento a una ley superior que se está
obligado a obedecer.  De manera que en el Nuevo Testamento  yugo se utiliza en sentido metafórico para referirse a la esclavitud y
dependencia de las personas.

Jesús utiliza el término para invitarnos a unirnos a él, en Mateo 11:
29-30: “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.”

Ricardo Rosa

Periodista, labor que realizo desde 1970. He laborado en diferentes medios noticiosos (radio, televisión, periódicos impresos y digitales) tanto de Santiago como de Santo Domingo.

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