PUNTOS…Y PICAS

POR CARLOS MANUEL ESTRELLA

Oficio periodístico

La imparcialidad periodística no existe, es mito, pero la objetividad es propósito permanente en búsqueda incesante de la verdad como ¨realidad objetiva de las cosas” y compromiso del ejercicio honesto que procura el público se forme una perspectiva correcta del suceso noticioso.

La ética del periodista atraviesa una crisis nacional por frecuentes conflictos de intereses que involucran propiedad de medios de comunicación, gobierno y criterios de ejercicio liberal del considerado mejor oficio del mundo con altísimo compromiso de responsabilidad social.

La estrategia comunicacional oficial ha sido el control de medios, su influencia decisiva en fijar temas vía la “opinión publicada¨, la sociedad con empresarios para negocios privados con el patrimonio público, la cooptación de “comunicadores sociales” y la intolerancia frente a la disidencia.

El perfil de espacios en televisión y radio, también redes sociales, está definido por la publicidad gubernamental, primera fuente de corrupción de la prensa dominicana, y sin ser especialista se comprueba que la inmensa mayoría de programas repite la propaganda oficial y “la línea del día”.

Los que se distancian de este patrón son vigilados y hasta perseguidos por la vía fiscal, sobreviven a duras penas para mantener su honestidad y tienen que hilar fino en planteamientos públicos para no herir intereses de la estructura de poder que privilegia el negocio ante el servicio público.

Usar la cláusula de conciencia es derecho constitucional, trabajar o no en un medio es decisión libérrima personal, tener filiación partidista también como sujeto político, pero disfrazar la búsqueda de objetividad y engañar al público en labor de altoparlante es grave falta ética. El periodista lo sabe.