El hombre incorruptible
Opinión July 19, 2018 Ricardo Rosa
POR RAFAEL BALDAYAC
Uno de los escándalos más graves de corrupción en la historia de nuestro país y en todo el continente lo constituye este caso de los sobornos de la empresa constructora brasileña Odebrecht . Según las autoridades estadounidenses aquí hubo sobreevaluaciones por miles de millones de pesos y sobornos por 92 millones de dólares.
La diputada Faride Rafúl, denunció hace unos dias que le habían pagado cerca de RD$1,400 millones a los brasileños Joao Santana y su esposa Mónica Moura a través de Odebrecht, por contrataciones diversas, según consta en facturaciones e informes financieros de la Contraloría General de la República.
Todo eso deberá investigarse a profundidad previo al conocimiento del juicio preliminar que llevara a cabo el juez de la Instrucción Especial de la Suprema Corte de Justicia, Francisco Ortega Polanco, quien fijó audiencia para el próximo martes 7 de agosto en contra de los siete implicados en el caso de los sobornos que admitió haber pagado la constructora Odebrecht.
La realidad es que donde ha habido poder ha habido corrupción. Vivimos una crisis de corrupción generalizada en todos los aspectos de la sociedad dominicana, la cual se extiende por el mundo y en todas las áreas: política, económica, deportiva y religiosa. Nuestro mundo está agonizando en un nivel de podredumbre moral comparable a la época de Noé, previo al diluvio según Génesis 6:11.
Pero nos hacemos la preguntado ¿Qué es ser corrupto? El término corrupción procede del concepto de podredumbre, descomposición, putrefacción, que es el proceso natural de la degradación de un organismo biológico tras su muerte.
En el caso al cual no referimos, se entiende por corrupción una conducta inmoral y contrario a los valores cristianos, o sea muerte espiritual. La corrupción entraña un pecado grave pues es una agresión al prójimo y también al bien común.
El soborno es un delito que consiste en que una autoridad o funcionario público acepta o solicita dinero, regalo o dádiva a cambio de realizar u omitir un acto inherente a su cargo.
La Biblia condena abiertamente el soborno. En Deuteronomio 16:19 leemos: “No tuerzas el derecho; no hagas acepción de personas, ni tomes soborno; porque el soborno ciega los ojos de los sabios, y pervierte las palabras de los justos”. (Deuteronomio 16: 19). Enjuicia el cicariato: “maldito quien acepte soborno para quitar la vida a un inocente” (Deuteronomio 27: 25).
Como consecuencia de la corrupción, el profeta Jeremías condenar a los que prosperarán haciendo lo malo (Jeremías 5:28) y por otro lado, prohíbe la opresión y el robo como parte de la corrupción. Leamos en Levítico 19:13 “No oprimirás a tu prójimo, ni le robarás. No retendrás el salario del jornalero en tu casa hasta la mañana”.
También el libro de los Salmos contiene distintas referencias a esta lacra. “No morará en mi casa quien cometa fraude” (Sal 101, 7). “No juntes mi alma con los pecadores, ni mi vida con los hombres sanguinarios, que tienen en sus manos la infamia, y su diestra repleta de soborno” (Sal 26, 10).
¿Por qué existe la corrupción? Sencillamente porque somos pecadores. La corrupción nació en el huerto del Edén, cuando Adán y Eva desobedecieron a Dios. Como consecuencia de ello apareció el egoísmo, el cual destruyo la naturaleza humana. A partir de ahí nace el pecado, el cual corrompe el corazón del hombre, naciendo la codicia, la avaricia, el deseo de poder y todos los males que generan la corrupción.
Al estudiar detenidamente la Biblia vemos que a lo largo del Antiguo Testamento las sociedades se corrompieron continuamente. Ocurrió en la generación de Noé, en la etapa de la Torre de Babel, durante el cautiverio de los Hebreo en Egipto, y en el peregrinar de los hebreos por desierto en busca de la tierra prometida.
Como consecuencia de la corrupción, se destruyó la civilización de Noé, se desarrolló la esclavitud de los hombres, se escribieron los diez mandamientos, y durante todo el período de los reyes de Israel, sus gobernantes se corrompieron, y como consecuencia de ello fueron llevados al cautiverio. Es ahí cuando aparecen los profetas para señalar el pecado de la corrupción, ligado al corazón del hombre.
Lo que estamos viendo hoy son simples acciones para aminorar o mitigar las consecuencias de la corrupción. “Prometen libertad, cuando ellos mismos son esclavos de la corrupción, pues cada uno es esclavo de aquello que lo domina.” 2Pedro 2:19
Sólo hay una salida el nuevo nacimiento en Cristo Jesús para vivir en integridad mediante la experiencia que la Biblia proclama; humillarnos, arrepentirnos, para ser como describe 2Corintios 5:17, una Nueva Criatura, UN HOMBRE INCORRUPTIBLE.