PUNTOS…Y PICAS

POR CARLOS MANUEL ESTRELLA

Moral e institucional

La sociedad es sacudida a diario con hechos escandalosos e insólitos contra la convivencia ciudadana y dentro de la actividad política, con tal gravedad que parece haberse perdido la capacidad de asombro y reacción condigna por las autoridades.

Del robo simple, el raterismo tipificado por asalto callejero en motocicleta o sustracción de accesorios de vehículos, se ha pasado a la muerte violenta, con saña y frialdad, como el crimen reciente en una joyería de la calle El Conde, en Santo Domingo.

En política, los escándalos de corrupción creciente en perjuicio del erario así como enemistades intestinas en los partidos, tienen como sazón el abuso de confianza, la apropiación de recursos públicos para uso personal y familiar y la protección judicial vía la impunidad.

La crisis institucional se alimenta con la hegemonía de un partido que controla toda fuente de poder público y se ha visto compelido a reaccionar con medidas administrativas ante su galopante pérdida de credibilidad ciudadana debido al apañamiento de indelicadezas.

Este deterioro moral generalizado obliga a reflexión individual y colectiva, retomar principios y valores, apuntar a la familia como primera escuela y base de la sociedad.