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POR CARLOS MANUEL ESTRELLA Monstruosidad El cuádruple asesinato de una mujer y sus tres hijos menores de edad en el barrio Enriquillo, carretera Sánchez... PUNTOS…Y PICAS

POR CARLOS MANUEL ESTRELLA

Monstruosidad

El cuádruple asesinato de una mujer y sus tres hijos menores de edad en el barrio Enriquillo, carretera Sánchez de Santo Domingo, atribuido a su compañero sentimental, es el más horrendo y abominable suceso criminal que se recuerde en la historia penal reciente.

Una madre treintañera, Reyna Isabel Encarnación, y sus hijos de 6, 9 y 12 años quedaron en escena dantesca descubierta por la fetidez que emanaba del destrozado hogar en que Víctor Alexander Portorreal Mendoza consumó la matanza, con tal frialdad que convivió con los cadáveres más de tres días.

Este hecho consterna la opinión pública, genera reacciones y deseos populares que rompen el esquema judicial y provoca interrogantes sin respuestas inmediatas de la sociedad, ya alarmada por la inseguridad y violencia y la demostrada ineficiencia gubernamental para contrarrestarla.

Ante tal monstruosidad urge una profunda reflexión colectiva que ahonde en posibles motivaciones del crimen, con recomendaciones científicas de sociólogos, sicólogos y siquiatras que apunten hacia políticas públicas que protejan la célula básica de la sociedad: la familia.
La gran víctima del estado de descomposición general es la familia que sucumbe como primera escuela, forjadora de personalidad y comportamiento del futuro adulto y espacio de respeto y ejemplo en que los padres deben ser modelo a seguir. Si la familia es disfuncional, el fracaso es total.

En la mayoría de crímenes escandalosos resalta la violencia y descomposición intrafamiliar, marginalidad social y económica que evidencian inequidad, falta de oportunidades y pérdida de valores estimulada por la transculturación y modas o comportamientos foráneos.

Ricardo Rosa

Periodista, labor que realizo desde 1970. He laborado en diferentes medios noticiosos (radio, televisión, periódicos impresos y digitales) tanto de Santiago como de Santo Domingo.

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