PUNTOS…Y PICAS

POR CARLOS MANUEL ESTRELLA

Victoria aguilucha

El campeonato nacional de béisbol concluyó dramáticamente con victoria contundente de Águilas Cibaeñas sobre Tigres del Licey para lograr su anhelada corona 21 y propiciar el desborde de catarsis contenida por casi un decenio de sequía para la enorme fanaticada amarilla.

Pasiones al extremo y permanencia como tema dominante de opinión pública más de una semana ratifican que la pelota es pasatiempo nacional dominicano, dentro y fuera del país, como actividad consustancial a identidad, valores, creencias y costumbres.

El épico enfrentamiento de dos equipos que dominan las preferencias de aficionados concitó las mayores asistencias a estadios de Santiago y Santo Domingo y extraordinarios niveles de audiencia en televisión y radio, así como desbordó lugares de diversión donde fue proyectado.

El deporte rompe esquemas y el béisbol unifica al pueblo, aún dentro de la rivalidad extrema de azules y amarillos, trascendente a todo estamento social, sin distingos, y específicamente con la victoria cibaeña demostrando la fuerza de una marca país como Águilas.

Controversias en redes sociales, nuevos escenarios comunicativos, y en medios tradicionales sobre sus relatores autorizados aportaron sazón a la culminación excitante del torneo y protagonistas del terreno de ayer y hoy también se lanzaron al debate por asuntos de nacionalismo deportivo.

La grey cibaeña tiene múltiples motivos de celebración, no solo porque “el que gana es el que goza”, sino por tantas emociones contenidas en sufridos años de espera en que se estuvo cerca de lograr “el éxtasis de la victoria” y porque hoy se retoma la senda renovadora de la tradición exitosa del equipo.

¡Una corona más para la historia! ¡Salve campeones en el terreno y corazón de la feligresía deportiva que tiene en Águilas Cibaeñas la catedral del béisbol quisqueyano! Y dicen los curas que “donde hay catedral, las demás son parroquias”.