Jano,  un personaje doble cara Jano,  un personaje doble cara
POR RAFAEL BALDAYAC Enero es el primer mes del año en el calendario gregoriano  y  fue nombrado en honor  de Jano (en latín Janus, Ianus), el dios de... Jano,  un personaje doble cara

POR RAFAEL BALDAYAC

Enero es el primer mes del año en el calendario gregoriano  y  fue nombrado en honor  de Jano (en latín JanusIanus), el dios de la mitología romana de las puertas, portones, principios y finales, honrando así al periodo de 31 dias que abre el año.

Como figura Jano es representado con dos caras,  personificando la hipocresía. Es decir que este personaje de doble cara, encarna a una persona que se recubre con  falsedad, fingimiento, doblez, simulación y santurronería.

En este sentido el dios Juno es citado en la novela de Albert Camus, La caída. Y quizás por eso muchos hipócritas en este mes de enero son desenmascarados.

Un hipócrita, (hupokrite), originalmente era un actor, un personaje, de las antiguas obras del teatro griego, que llevaba puesta una máscara para exagerar su papel en la misma. La palabra llegó a significar, muy naturalmente, cualquiera que pretendiera ser lo que no era.

Es lo mismo que un farsante, embaucador, engañador, fingidor, impostor, simulador, embustero, mentiroso, tramposo y cuantas cosas más. Es parecido a la fábula griega de Esopo que nos habla de un lobo que deseaba tener un corderito para su cena y decidió disfrazarse  de oveja y seguir al rebaño hasta el redil ovino.

También se cuenta la historia de un monje asceta  oriental (el que practica el ascetismo renuncia  a todos bienes materiales, para  dedicarse a la vida religiosa) que se cubría la cara con cenizas, para fingir una profunda humildad.

Este anacoreta  se sentaba en la esquina de la calle más concurrida por los turistas. Cuando los visitantes le pedían tomarse una foto  el místico se reacomodaba las cenizas para dar la mejor imagen de miseria,  humildad y religiosidad.

Gran parte de la religión de hoy equivale a nada más que “cenizas” reacomodadas para impresionar al mundo con la supuesta humildad y devoción de sus seguidores. Por supuesto que esa humildad es un acto fingido, y la devoción es hacia el ego, no hacia  Dios.

Un juego de fingimiento como los escribas y fariseos de la época de Jesús.  Estos eran  verdaderos hipócritas, y su escarnio, perversión, alteración y manipulación  de la verdad originó algunas de las más severas acusaciones de nuestro Señor Jesucristo contra ellos (Lucas 11:37-52). Ellos eran maestros simuladores.

Esos llamados líderes religiosos judíos no fueron ciertamente los primeros ni los últimos hipócritas.   Desde la caída del hombre ha habido hipócritas y la Biblia lo menciona hasta el Apocalipsis.

Caín fue el primero que actuó como tal, pensando que engañaría a Dios: “No os engañéis; Dios no puede ser burlado; pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará”  (Gálatas 6:7).

El  pretendió adorar a Dios, pero que en realidad lo que estaba haciendo era jactándose de su habilidades como agricultor y fingió al ofrecer un tipo de sacrificio que Dios no quería.

Cuando se reveló su hipocresía en contraste con la devoción de corazón de su hermano Abel,  Cain quedó desenmascarado, y  se lleno de rencor y resentimiento y asesinó a Abel (Génesis 4:3-8).

Absalón  juró hipócritamente lealtad  a su padre, el rey David, mientras urdía un plan malvado para el derrocamiento de su régimen (2 Samuel 15:7-10).

Judas Iscariote, sin embargo, es el principal hipócrita de la historia, al traicionar a Jesús con un beso. “Al que yo bese, ese es. Deténganlo y llévenselo bien custodiado” (Marcos 14:44).

Durante la vida en célula de los cristianos primitivos, Ananías y Safira afirmaron de manera hipócrita haber dado a la iglesia todos sus ingresos de la venta de una propiedad, y perdieron la vida por mentir al Espíritu Santo (Hechos 5:1-10).

Recordemos que aparte de la idolatría el mayor pecado en Judá y en Israel, era la hipocresía religiosa. Los judíos que cosecharon?  Ellos fueron conquistados  y llevados cautivos en gran medida  a Babilonia, porque convirtieron la verdadera adoración a Dios en una parodia fingida (Isaías 1:11).

En cierta ocasión  Jesús denunció  escribas y fariseos, diciéndole: “Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: Este pueblo con los labios me honra, Mas su corazón lejos está de mí. Y en vano me honra, Enseñando como doctrinas mandamientos de hombres” (Marcos 7:6-7).

Jesús utilizó muchas alegorías para describir la hipocresía. La comparó con levadura (Lucas 12:1), sepulcros blanqueados (Mateo 23:27), sepulcros que no se ven (Lucas 11:44), cizañas entre trigo (Mateo 13:35) y lobos rapaces vestidos de ovejas (Mateo 7:15).

Ricardo Rosa

Periodista, labor que realizo desde 1970. He laborado en diferentes medios noticiosos (radio, televisión, periódicos impresos y digitales) tanto de Santiago como de Santo Domingo.

Baracoero