PUNTOS…Y PICAS

POR CARLOS MANUEL ESTRELLA

Corrupción y criminalidad

La población no sale del asombro con escandalosos casos de criminalidad, como el asesinato del abogado y profesor Yuniol Ramírez Ferreras, cuyo cuerpo fue encontrado baleado en el cráneo, encadenado y con dos bloques atados al cuerpo, en un arroyo de Pedro Brand.

En el informe oficial preliminar, la fiscal de Santo Domingo, Olga Diná Llaverías, afirma que el móvil del hecho fue una supuesta extorsión del hoy occiso al director de la Oficina Metropolitana de Servicios de Autobuses (OMSA) a quien denunció como corrupto.

El funcionario fue detenido el viernes al arribar al país desde Panamá y el presidente de la República lo destituyó el lunes ante la gravedad del hecho al que se involucra como motivador eficiente de sucesivas acciones que terminaron con la eliminación de Ramírez Ferreras.

La primera conclusión, a partir de la versión inicial de la fiscal, es que la sociedad está ante otro suceso fatal en que la combinación de corrupción en el ejercicio del poder político y criminalidad lleva luto y dolor familiar, en una ecuación que puede desembocar en dictadura, según un amigo sociólogo.

La cadena mortífera de esta práctica está antecedida por los casos de corrupción oficial en OISOE, con balance suicida de un arquitecto, y en venta de solares del CEA, con doble homicidio de comunicadores y suicidio del engañado adquiriente, en hecho sin precedentes en San Pedro de Macorís.

Al menos cinco muertes derivadas de situaciones originadas en corrupción administrativa y, sin embargo, no hay respuesta ejemplar del sistema judicial condigna de la gravedad de sucesos luctuosos.

El descalabro moral lleva a deducir que la suma de dominio político partidista excesivo más criminalidad como reacción intolerante a denuncias de corrupción deja camino abierto a formas dictatoriales.