El Boli y saber decir “no” El Boli y saber decir “no”
POR PEDRO DOMINGUEZ BRITO Simón Bolívar no es El Libertador, es el Boli. No es de Venezuela, es de Moca, una fértil tierra donde... El Boli y saber decir “no”

POR PEDRO DOMINGUEZ BRITO

Simón Bolívar no es El Libertador, es el Boli. No es de Venezuela, es de Moca, una fértil tierra donde habitan  hombres y mujeres valientes, trabajadoresy honestos, aunque en todo platanal siempre aparece un racimo en mal estado.

El Boli puede ser culpable o inocente, no sé, la justicia lo determinará. De lo que sí estoy convencido es que cometió un grave error: no se atrevió a decir “no”. Me explico. ElBoli está acusado de participar en el ocultamiento del cadáver de Emely Peguero, aquella risueña adolescente que murió estando embarazada.

Nuestro personaje, en los interrogatorios,expresó: “Yo me involucré en esta situación por orden y lealtad personal a Marlin Martínez, tengo una amistad cercana con ella…”. Recordemos que Marlin Martínez es la madre del principal sospechoso de la muerte de Emely. Si el Boli lehubiera dicho “no”, no estaríaen la cárcel. El no pronunciar un sencillo “no”, arruinó su vida y posiblemente la de su entorno.

“Si no sabes decir no, no eres libre”. Esa frase fue parte de las  palabras que el papa Francisco en abril del año pasado dirigió a miles de jóvenes congregados en el Vaticano. Celebraban el Jubileo de los Adolescentes.En su homilía externó una verdad como un templo: “Muchos os dirán que ser libres significa hacer lo que se quiera; pero en esto se necesita saber decir no”.

¿Cómo estarían las vidas de tantos si hubiesen dicho “sí” o “no” en determinadas circunstancias? En muchos casos hubieran cambiado sustancialmente. Decidir lo correcto debe ser nuestra meta, porque un paso en falso puede destruirnos.

Apartémonos de las malas compañías, pues ellas confunden nuestro juicio, nublan nuestra conciencia y suelen ser nuestra perdición. “Muchachos, nunca lo olviden, una mala ´junta´ los puede hacer fracasar”, nos decía un vecino. Preocupémonos y ocupémonos por andar siempre con las personas apropiadas, aquellas que son optimistas, sabias consejeras, que nos motiven a hacer el bien, que sean útiles y solidarias.

Aprendamos a decir “no”, que cuando de tentaciones dañinas o propuestas inmorales se trata, decir “sí”, incluso quedarse callado, es lo que más aprecia el demonio. Vamos, practiquemos, coloquémonos frente al espejo y empecemos a decir: “No, no, no, no y no”. No es complicado, pero no decirlo en el momento adecuado puede resultarnos fatal. El Boli es un buen ejemplo.

 

Ricardo Rosa

Periodista, labor que realizo desde 1970. He laborado en diferentes medios noticiosos (radio, televisión, periódicos impresos y digitales) tanto de Santiago como de Santo Domingo.

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