Dios tu refugio contra las tormentas Dios tu refugio contra las tormentas
POR RAFAEL BALDAYAC “El huracán del Señor se ha desatado con furor; un torbellino se cierne amenazante sobre la cabeza de los malvados” (Jeremías... Dios tu refugio contra las tormentas

POR RAFAEL BALDAYAC

“El huracán del Señor se ha desatado con furor; un torbellino se cierne amenazante sobre la cabeza de los malvados” (Jeremías 23:19-NVl)

Todo el país está bajo alerta por paso del huracán Irma, un fenómeno que  afecta  esta isla desde  las primeras hora de este jueves 7 de septiembre , sobre todo la zona norte del país. El impacto puede ser catastrófico ya que alcanzó categoría 5, la máxima en la escala de intensidad Saffir-Simpson, segun el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos.

La tormenta aumentó su fuerza con vientos máximos sostenidos  de 180 millas por hora (285 km/h) y pese a que se esperan fluctuaciones en su intensidad, mantendrá su furia durante las próximas 48 horas, según los  meteorólogos.

Hay un  peligro constante en esta parte del  planeta, ya que desde el primero de junio de cada año se inicia la temporada de huracanes en la zona del Caribe, y de acuerdo a los pronósticos  para este año 2017 se esperarían 16 ciclones tropicales, de los que 5 podrían ser intensos, 4 moderados y 7 alcanzarían la categoría de tormenta tropical.

Los huracanes son fenómenos meteorológicos consistente en tormenta  o ciclon  tropical que se forma  por la confluencia de corrientes de aire sobre el mar,  caracterizado por la potencia de sus vientos superiores a 120 Km/h.

Se generan en zonas de baja presión atmosférica en el Océano Atlántico. Algunos científicos creen que las crecientes temperaturas del mar provocadas por el calentamiento global están creando huracanes de creciente fuerza.

A  propósito, septiembre es el mes de  la Biblia, y en este libro que es el Manual de Vida  no pocas veces los personajes enfrentan tormentas – y no estamos hablando solo en el sentido figurado.

Hombres y mujeres de Dios tuvieron que pasar por grandes tempestades, que sirven de ejemplo hasta hoy cuando se trata de perseverancia. Otras veces, los temporales fueron artificios divinos.
“Tempestad” y “temporal” derivan del latín “tempus”, que da la idea de tiempo en el sentido cronológico. Los antiguos nombraron a las tormentas de esta manera porque algunas de ellas sucedían en los mismos períodos todos los años.

La primera gran tempestad contada en la Palabra de Dios fue, obviamente, el Gran Diluvio, que inundó a toda la tierra por intención divina, para recomenzar. Para enfrentar la inundación, Dios ordenó al patriarca Noé que construyera su embarcación grande, la famosa Arca de Noe, a fin de preservar, como un archivo vivo, a las personas que creían en el aviso del Padre y a las especies de animales.

Dios nos dio autoridad sobre la creación y Adán pecó. Luego, caos y frustración. ¿Qué pasó? El hombre se volvió a la maldad. Tan malvado y tan profundo en su pecado estaba el hombre que Dios vio que “la maldad del ser humano en la tierra era muy grande, y que todos sus pensamientos tendían siempre hacia el mal, [que] se arrepintió de haber hecho al ser humano en la tierra, y le dolió en el corazón.” (Génesis 6:5-7).

Cabe señalar que fue el pecado del hombre lo que provocó el Diluvio. Además no fue Jesús – ni Dios – quien creó la tormenta que Jesús calmó. El hecho de que la naturaleza obedezca a Dios no significa que Dios está constantemente dirigiéndola y provocándola.

Otro fenómeno que registra la Biblia fue el naufrágio de Pablo. Muchos conocen varios sucesos concernientes a la conversión y a los grandes viajes misioneros de Pablo de Tarso. Un hecho menos conocido es el de cuando sobrevivió a un gran naufragio, y es en eso que entra la tercera gran tempestad citada en la Biblia en Hechos 27 y 28.

“Cuando lleguen las tormentas, arrasarán con los perversos;  pero los justos tienen un cimiento eterno” (Proverbios 10:25NVI).  Aunque no existe una vida sin tormentas; la palabra de Dios nos aseguran de que todos tendremos que pasar por problemas y aflicciones. La cuestión es: ¿estás preparado? Lo puedes estar.

Hoy todos debemos ponernos en  oración  con mucha  fe,  para que este huracán de categoría 5, el más fuerte de la historia, cambie de dirección y pierda fuerzas, confiado , porque Dios nos protegerá.

Si usted está pasando por alguna situación difícil, un problema muy grande, una tempestad, Dios puede hacer que haya bonanza en su vida también. Basta que usted confíe y se apegue a este Dios Vivo que siempre responde al clamor de quienes lo invocan en la sinceridad del corazón.

Ricardo Rosa

Periodista, labor que realizo desde 1970. He laborado en diferentes medios noticiosos (radio, televisión, periódicos impresos y digitales) tanto de Santiago como de Santo Domingo.

Baracoero