PUNTOS…Y PICAS

POR CARLOS MANUEL ESTRELLA

Hazmerreír judicial

Las actuaciones de la Procuraduría de la República están bajo cuestionamiento ciudadano a propósito del caso Odebrecht por el descreimiento la investigación del ente acusador luego que esta empresa confesara delitos.

La magnitud del escándalo de corrupción, de 92 millones de dólares en sobornos, sin calcular sobrevaluaciones de obras públicas, implica que deberán rodar cabezas de políticos y empresarios.
La “filtración” a la prensa de “lista” no oficial con nombres de presuntos procesables, luego de 25 interrogatorios y/o comparecencias ante la procuraduría general, alimenta el morbo mediático y no resiste análisis más allá de preguntarse quién dijo que, por cuál medio y con qué propósito.

La contaminación política sale a relucir cuando en la lista cedida a comentaristas radiales y noticiosos no figura funcionario actual, con lo que la “revelación” pierde credibilidad en la opinión pública.

Punta Catalina, proyecto cumbre del gobierno, es ejecutada por Odebrecht y desde el sector oficial se trata de “vender” que el proceso de licitación y posterior adjudicación de esta obra, de mil 945 millones de dólares, es lo más prístino que ojos humanos hayan visto.

La gaceta oficial 10763 (7 de julio, 2014) reseña que el Senado presidido por Reynaldo Pared Pérez y la Cámara de Diputados por Abel Martínez, aprobaron el contrato entre la Corporación de Empresas Eléctricas Estatales y el consorcio Odebrecht-Tecnimont-Estrella para la construcción de la generadora de Punta Catalina, en Peravia.

Ni por asomo se mencionan, y menos se reseñan entre interrogados, responsables actuales de entes vinculados directamente al proyecto en sector eléctrico y ministerio de Obras Públicas, lo que resta credibilidad a diligencias procesales de la procuraduría.

Todo sigue en “mucha espuma y poco chocolate”, o en “allante y movimiento”, sentencia el refranero, mientras el ministerio público es el hazmerreir en tragicomedia judicial que protege con impunidad a “danilistas”.