La Policía Municipal

POR RAMÓN DE LUNA

En innumerables ocasiones habíamos abogado porque los ayuntamientos o alcaldías del país mantuvieran un cuerpo policial debidamente uniformado y con la calidad que le corresponde a un grupo así, a fin de velar por las propiedades municipales, evitar que la ciudadanía ensucie las calles y avenidas, mantener una vigilancia constante en parques y plazas y con la autoridad necesaria para someter a aquellos habitantes que no observan un comportamiento apegado a las leyes.

Tenemos que la nueva Alcaldía de Santiago ha creado un cuerpo cuyos miembros tienen las funciones arriba descritas. No sabemos si están uniformados y con las identificaciones que exigen las leyes, pero la satisfacción que su creación nos produjo ha desaparecido cuando muchos de esos policías municipales han protagonizado incidentes en donde ha imperado la brutalidad.

Unos cuantos de ellos, inclusive, han atropellado a algunos periodistas que estaban en el cumplimiento de su trabajo, como ha sido el caso de Máximo Laureano y Amparo Infante, algo que ha merecido la repulsa de la clase periodística de Santiago. Se ha establecido una polémica entre el periodista Esteban Rosario y la Alcaldía, caso que ha llegado a la Justicia local, según ha trascendido.

Ni a la Alcaldía ni al sector periodístico le conviene un distanciamiento, como aparenta haberse producido por las actuaciones de algunos de esos policías municipales , calificadas de abusivas y desconocedoras del papel que debe desempeñar la prensa. Se ha denunciado que muchos van armados, pero sin uniforme y ninguna identificación, lo que debe corregir el Alcalde Abel Martínez, pues esto da la impresión de conformar un grupo paramilitar, algo inconcebible en nuestro país.

Si de algo debe presumir la prensa santiaguera es que siempre ha estado al lado de las conquistas logradas por nuestro pueblo a través del tiempo, pues a Santiago le ha correspondido ser escenario de hermosas luchas antes y posterior a la dictadura que encabezó el dictador Rafael Trujillo.

Santiago fue y sigue siendo una ciudad decisoria, pues encabezó luchas libertarias durante la Independencia, la Restauración y tras la desaparición de la más brutal y criminal tiranía que ha conocido este continente.

Es posible que los creadores e integrantes del grupo denunciado desconozcan esa lucha frontal de los periodistas locales, lo que en el pasado reciente le correspondió a muchos de ellos ir a prisión, ser objeto de abusos inenarrables y hasta de golpizas, cometidas por funcionarios policiales que se creyeron estar por encima de las leyes.

Es hora de llamar a capítulo a los policías de Abel, pues a quien más le afecta un distanciamiento con la prensa local es al nuevo Alcalde de Santiago.