La vanidad en las compras de Navidad La vanidad en las compras de Navidad
POR PEDRO DOMÍNGUEZ BRITO En las navidades, sobre todo, ya no saben qué inventar para atraparnos como clientes. Elevan nuestro ego y nos hacen... La vanidad en las compras de Navidad

pedroPOR PEDRO DOMÍNGUEZ BRITO

En las navidades, sobre todo, ya no saben qué inventar para atraparnos como clientes. Elevan nuestro ego y nos hacen sentir importantes. ¡Ay, la alabanza, qué agradable resulta escucharla!

“Usted ha sido elegido miembro distinguido de nuestra familia hotelera, le tenemos una excelente oferta de fin de año”, me escribió alguien la semana pasada. Y, la verdad, no conocía el hotel y mucho menos a la persona que firmó la carta. ¿Qué hice para merecer tal ganga? ¿Dónde consiguieron mis datos?

Y ni hablar de las tarjetas de crédito que los bancos prácticamente nos obligan a adquirir. De repente suena el teléfono y una dominicana, con acento extranjero, nos dice: “Usted es un buen cliente, por ello le ofrecemos una tarjeta de crédito con las mejores condiciones del mercado para que inicie el 2017 en grande; es más, no se moleste, se la enviamos a su casa”.

Y ni oportunidad tenemos de contestarle a la coqueta damita, salvo algunos datos personales que nos “saca” sin darnos cuenta. Y casi de inmediato llega un mensajero, el cual nos señala: “Firme aquí y muchas gracias”. Al final nos quedamos bobos, sin saber qué hacer con el bendito plástico.

Hace días visité una tienda para comprar regalos para mis hijos y sobrinos, nada parami; entonces  una sofisticada vendedora me enseñó una extrañísima camisa y me dijo que con ella puesta parecería un actor de cine y que me vería bien con ella el 31 de diciembre.

Como lo expresó en voz alta, algunos clientes me miraron esperando mi decisión. Por vergüenza tuve que comprarla. Al momento de pagar me indicaron que la prenda de vestir costaba RD$3,050, pero que por ser a mí la dejarían en RD$2,775, como si me conocieran o significara algo para ellos.

Bueno, aunque sé que a los mortales nos agrada la lisonja, supongo que los elogios no necesariamente son bien recibidos si se lanzan para manipular nuestros deseos y para vaciar nuestros bolsillos, esto siempre y cuando nos percatemos de que nos quieren engatusar, lo que no siempre resulta evidente.

Y ahora en Navidad no nos pasemos de contentos comprando lo que no necesitamos, aunque en las tiendas nos digan que sin eso que nos ofrecen no podremos vivir.

 

 

 

 

Ricardo Rosa

Periodista, labor que realizo desde 1970. He laborado en diferentes medios noticiosos (radio, televisión, periódicos impresos y digitales) tanto de Santiago como de Santo Domingo.

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