De todo ello hablarán Putin y Trump en un “encuentro en persona en el futuro” que los equipos de ambos empezarán a preparar de inmediato, según la comunicación oficial rusa. Entretanto, ambos seguirán manteniendo “contacto telefónico”.
En su charla telefónica, Putin y Trump “no solo estuvieron de acuerdo en el estado totalmente insatisfactorio de las relaciones bilaterales”, sino que además manifestaron su “apoyo a activos esfuerzos conjuntos para normalizar las relaciones y buscar una cooperación constructiva en el más amplio espectro posible”, destacó el Kremlin.
Este resaltó también el hecho de que ambos “enfatizaron la importancia de establecer un fundamento fiable de las relaciones bilaterales mediante el desarrollo del componente comercial y económico”. En su última gira europea, en julio, Obama aseguró su intención de mantener las sanciones contra Rusia mientras no se resuelva la crisis ucraniana.
El comunicado de Trump, mucho más sobrio, se limita a confirmar que ambos hablaron de “las amenazas y desafíos que afrontan EE UU y Rusia”, así como “cuestiones económicas estratégicas” y la relación “histórica” entre Moscú y Washington. Asimismo, el presidente electo le aseguró a Putin que “tiene muchas ganas de mantener una relación fuerte y duradera con Rusia”.
Una de las mayores críticas a Trump durante la campaña fue su proximidad a Rusia. A pesar de que el magnate neoyorquino aseguró reiteradamente que no conocía a Putin, sus constantes elogios al presidente ruso pusieron nervioso incluso a su propio Partido Republicano. Hace un mes, la cúpula de la inteligencia estadounidense acusó directamente al Kremlin de “interferir” en las pasadas elecciones con el robo de correos electrónicos a destacados miembros del Partido Demócrata de la derrotada Hillary Clinton.