Policía de Miami lanza campaña contra payasos diabólicos

Un caso es el de Armando Santana. El actor de 22 años, que representa a un payaso siniestro en una popular casa del terror en Miami, cuenta que ni sueña con salir de su trabajo sin quitarse el disfraz.

“Cuando acaba la noche tengo que lavarme la cara, no puedo manejar mi coche con esto puesto, por las dudas de que me paren…”, cuenta, interrumpiendo su frase con una clásica risa tenebrosa.

Hasta un edificio en Miami Beach advirtió a sus residentes “tener mucho cuidado con las personas que entren con máscaras de payasos”.

Y en una tienda de disfraces, un niño le comenta a sus amiguitos, ingenua y confusamente: “No te puedes vestir como payaso, ¡te pueden confundir con un payaso de verdad!”.

En la misma -angustiosa- tónica, McDonald’s anunció que su mascota Ronald estará de capa caída hasta que pase el alboroto e incluso la tienda por departamentos Target suspendió la venta de parafernalia payasesca “debido al clima actual”, confirmó Joshua Thomas, portavoz de la empresa.

Pero la policía y otras autoridades se toman el asunto con mucha seriedad.

Más de 20 estados han registrado incidentes con payasos y, aunque la mayoría fueron bromas de mal gusto, amenazas sin fundamento o avistamientos sin confirmación, se han llevado a cabo varios arrestos e incluso algunos ataques.

El fenómeno se extendió fuera de Estados Unidos y ha habido apariciones y accidentes en Europa, Australia y México.

“¿Sabías que puedes ser arrestado por usar una máscara de payaso con la intención de perturbar la paz?”, advierte la oficina del alguacil del condado de Palm Beach, en Florida.

La policía de Miami divulgó un video de ficción donde un niño, huyendo de un payaso semioculto en la oscuridad, es arrollado por un vehículo. “Estas bromas pueden tener consecuencias serias o incluso trágicas”, concluye el anuncio público.

Comentando este video, la portavoz Yelitza Cedano Hernández explicó que, si bien no está prohibido vestirse de payaso, “si por esta broma alguien sale lesionado, la persona va a ser arrestada y la familia de la víctima puede llevarla a la corte”.

Por eso el condado de Kemper, en Mississippi (centro), directamente prohibió disfrazarse de payaso en público hasta el día después de Halloween e impuso multas de hasta 150 dólares a quien ose tal bufonada.

También varios distritos escolares de Estados Unidos (en particular en Nueva Jersey, Connecticut y Colorado) prohibieron estos disfraces en los desfiles de Halloween.

La misma acción tomó la ciudad de Belmont, en Carolina del Norte (este), durante su “Belmont Boo Festival” que se celebró la semana pasada: Nada de payasos, por favor.

Todo esto es devastador para los verdaderos payasos.

“La gente que se viste como payasos siniestros no son payasos de verdad. Están tomando algo inocente y saludable y lo pervierten para crear miedo en su audiencia”, lamenta Randy Christensen, presidente de la Asociación Mundial de Payasos.

“Nosotros estamos en el lado positivo de las cosas, dando diversión y entretenimiento seguro para los niños”, prosigue en un comunicado.

Pero algunos se benefician con todo este bombo. De acuerdo al personal de Halloween Megastore, las máscaras de payaso son las más vendidas de la temporada, junto a las de los personajes de la película de superhéroes “Suicide Squad” y de los candidatos presidenciales Donald Trump y Hillary Clinton.

Y Nelson Albareda, productor de la House of Horror Haunted Carnival de Miami -que dedica una sección exclusivamente a los payasos siniestros-, saluda el fenómeno.

“He estado en la industria de Halloween por 16 años y mucha gente tiene fobia a los payasos, así que esto no es nuevo para nosotros”, comenta el productor a la AFP, mientras camina por los polvorientos pasillos de su casa embrujada.

“Hay un montón de jaleo ahora con los payasos en las redes sociales y la verdad es que ha sido mejor para nosotros”.