Incógnita en Cuba sobre unificación de la moneda
Internacionales October 29, 2016 Ricardo Rosa 0
ELÍAS AMOR BRAVO
(Economista cubano. Reside en España)
EL NUEVO HERALD.- Qué va a pasar en Cuba cuando se unifique la moneda? La pregunta del millón. Desde que hace unos días, Raúl Castro dijera que se están dando pasos para que el peso cubano CUP sustituya al CUC en 2017, y éste deje de existir, una cierta sensación de temor e intranquilidad recorre la preocupación diaria de los cubanos, sobre todo entre los que tienen acceso al CUC.
La decisión, no por esperada, plantea un nuevo escenario para la economía, ya que acostumbrados a operar con dos monedas desde los tiempos ya lejanos del período especial, la existencia de una sola, el CUP, la que precisamente se consideraba más débil de las dos, está provocando no pocas dudas sobre el eventual resultado del proceso.
La dualidad monetaria en la economía castrista no es un asunto banal. Desde que se adoptó el CUC, su carácter de moneda fuerte, le ha otorgado un notable margen de actuación en términos de valor de cambio, transacci
ones y más aún, depósito de valor. El CUC se ha convertido en la moneda principal en el sector abierto y competitivo de la economía, el que genera más productividad, rentas y salarios. Dicho de otro modo, el acceso al CUC ha supuesto notables diferencias sociales respecto de quiénes solo perciben sus rentas en CUP.
Por el contrario, la economía del CUP se ha concentrado en el sector estatal y presupuestado, en la canasta normada y en las amplias bolsas de improductividad y falta de eficiencia de la economía. Disponer de CUC o de CUP ha dividido la economía castrista en dos grandes conglomerados. Dicho esto, el problema es que no se sabe todavía cuál va a ser el cambio final entre las dos. Sin análisis rigurosos sobre los fundamentales de la economía castrista que permitan orientar la decisión, cualquier cosa es posible.
Los costes económicos y sociales de la situación provocada por las dos monedas quedarían explícitos. Un cubano, con un sueldo de 500 CUP tendría que pensar en precios de bienes y servicios más elevados. Un escenario más racional debería servir para que las decisiones de compradores y vendedores se alinearan en relación con una moneda única. Por otra parte, el cambio internacional del CUP con el dólar, restableciendo la paridad del CUC, sería el actual. Los cubanos con acceso a dólares o euros podrían cambiarlos directamente a CUP y obtendrían una retribución mayor que en CUC. Nada en principio parece cambiar, salvo el efecto nominal de cantidades mayores. De un día para otro, las transacciones podrían continuar realizándose de forma normal, estableciendo los períodos de carencia que lógicamente serán necesarios hasta que todas las reservas de CUC desaparezcan. Las empresas podrían respirar después de largos años de contabilidades cruzadas y falseadas con las dos monedas.
Los problemas se podrían producir si el cambio final entre el CUC y el CUP no fuera el actual, y en tales condiciones, las autoridades pudieran estar pensando en dos escenarios.
El primero sería uno dominado por una devaluación del CUC o su equivalente, una apreciación del CUP, en tal caso, la unificación podría hacerse a un cambio de 1 por 12, por ejemplo. Justo la mitad que ahora. Sería en cierto modo, volver a lo que ocurría en 1992 cuando el dólar se cambiaba a 7 CUP y los cubanos se deshacían de su moneda nacional por la desconfianza en la misma. En suma, el momento en que se creó el artificial CUC.
Si este fuera el caso, los cubanos que tuvieran reservas de CUC perderían la mitad del valor nominal de sus tenencias expresadas en CUP. Algunos podrían percibir que son más pobres en términos de acceso a bienes y servicios, pero eso sería falso, porque los precios podrían igualmente bajar, justo en la misma medida suponiendo que el gobierno decida fijación de precios con el mismo patrón de cambio. Ahora bien, el cubano que solo obtiene sus retribuciones en CUP vería que las cosas que puede comprar son más baratas con el nuevo cambio, porque los precios se quedan justo a medio camino respecto de la situación anterior.
El resultado final de esta decisión es que la población que no tiene acceso a CUP podría resentirse menos del cambio final. Dicho de otro modo, el sector estatal y presupuestado, que concentra el 80% del PIB de la economía se vería recompensado de ese nuevo cambio unificador de las monedas. La liquidez en CUP no tendría que aumentar de forma desmesurada. Argumentos para los defensores del régimen.
¿Qué hará el régimen? No hay información para determinar el sentido de la actuación política en un asunto de tanta relevancia. Se ha dicho que la unificación monetaria es un paso necesario, pero no suficiente, para el éxito de las reformas emprendidas por el régimen.